Un conductor ebrio se queda dormido en el coche con el acelerador pisado

Efectivos de la Policía Local atendieron la pasada madrugada la llamada de vecinos de la calle Cantarranas, localizada en el barrio del Ejido, que alertaron de que una persona se encontraba en el interior de su vehículo que posiblemente estaba ardiendo.

Personados en la zona, los agentes comprobaron que se trataba de un conductor ebrio, que se había quedado en el interior de su vehículo con el pedal del acelerador pisado y que se hacía quedado dormido. No fue necesaria la asistencia del cuerpo de bomberos, y todo quedó simplemente en un susto, aunque la humareda que se desató por los hechos provocó bastante alarma en la zona.

No fue necesaria la participación de los efectivos del Cuerpo de Bomberos, por cuanto se pudo comprobar en la primera inspección ocular que no se trataba de daños de especial consideración para la vía pública y en tanto en cuanto pronto se pudo apreciar que, después de la primera alarma, la realidad de los hechos era bastante menor de lo que se había considerado en un principio.

Las navidades habían resultado bastante tranquilas hasta la fecha en la zona, por lo que sorprendió que se produjera un incidente de estas características en ese área.

Los hechos ocurrieron en la confluencia de las calles Cantarranas y San Juan, a primera hora de la madrugada. Se produjo una llamada a los servicios de emergencias alertando de la existencia de un coche del que salía abundante humo, que inicialmente se pensó que había sido causado por un incendio en un vehículo que se encontraba en la vía pública.

Motor revolucionado

Personadas las dotaciones de rigor en la zona, se pudo comprobar que en el interior del vehículo permanecía una persona, en estado de somnolencia a consecuencia de la ingesta de alcohol, que en un momento de la noche se había detenido en la zona y se le había quedado pisado el acelerador, provocando el funcionamiento del motor muy revolucionado, circunstancia que estaba generando una notable humareda.

Una vez resuelta la identificación del conductor, la normalidad volvió a la zona y los vecinos pudieron seguir disfrutando del resto de la noche, sin más novedades que reseñar.

Por su parte, las patrullas de la Policía Nacional solamente tuvieron que atender algunas denuncias de vecinos por ruidos y levantaron algún acta por saltarse el horario del toque de queda, como incidencias únicas de la noche de Reyes, que en ese apartado, apenas registró incidencias dignas de consideración para la seguridad pública.