Diario de León

La huella del carbono

El ‘cordón verde’ salva a León de tener que cortar el tráfico por contaminación

Las mediciones en León demuestran que la huella del carbono ha aumentado un 9% desde 2015

León

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Aunque las mediciones de la huella de carbono muestran que ha habido un incremento del 9,49% de los gases contaminantes en los últimos tres años, el Ayuntamiento de León no se plantea ni a corto, ni a medio plazo restringir el tráfico, como han hecho Madrid o Barcelona. «Gracias a Dios», la ciudad «no tendrá que abordar situaciones de urgencia porque la masa vegetal que rodea la ciudad absorbe muchos de esos contaminantes», como explicó ayer el concejal de Régimen Interior, Movilidad y Deportes, Vicente Canuria, quien insistió en que «esto no significa que no haya que sensibilizarse con el problema y seguir actuando».  

El análisis se apuntó como resumen de la presentación del documento de «monitorización de la huella de carbono y evaluación de riesgos y vulnerabilidades climáticas del municipio de León». El trabajo, coordinado por la técnico municipal Cristina Villalón, convierte al Ayuntamiento de la capital leonesa en «uno de los pioneros» en sumarse al programa de mediciones de este «indicador utilizado para cuantificar las emisiones de todos los gases de efecto invernadero asociados a la actividad de organizaciones, ciudadanía individual, ciclo de vida de los productos y la realización de servicios, y poder así determinar su contribución al cambio climático».  

El estudio muestra que la huella de carbono del municipio suma ya 826.334,23 toneladas de CO2 equivalentes. El indicador, que suma la contaminación de edificios, equipamientos e instalaciones municipales, industria, edificios, equipamiento e instalaciones terciarios, edificios residenciales y transporte, crece un 9,49% desde 2015. El aumento viene motivado sobre todo por el transporte, que supone el 32,23% del total tanto del consumo como de las emisiones», según se reseña en el documento, que incide en que la importancia de la contaminación de los vehículos privados y comerciales. Por detrás, se sitúa el sector residencial, con un 20,56% de los contaminantes vertidos por «la electricidad y el gas».  

Dentro del total, la huella del Ayuntamiento, que mide «las emisiones derivadas de los servicios que presta a la ciudadanía y el resultado de los consumos de electricidad y de combustibles fósiles de todas las dependencias municipales», se ha incrementado en un 19,24%. Para paliarlo, el edil apuntó que se avanzará en «el cambio de parque móvil al sistema eléctrico o híbrido de manera paulatina» y apostó por promover «otro modelo de transporte». Las medidas se plasmarán en el plan, encargado a una empresa externa, para reducir un 30% de las emisiones en 2030.

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