Cristina Fernández asumirá en septiembre la dirección del colegio Jesuitas

La Compañía de Jesús pone en marcha el relevo natural en el colegio jesuita Sagrado Corazón de León de su dirección general. El centro, presente en la ciudad desde 1959, hará efectivo el cambio el próximo curso 2021-2022, después de una prolongada responsabilidad del actual director, Jorge Taboada, tal y como promueve la entidad titular como criterio general para todos los centros en España. Después de 10 años será reemplazado por Cristina Fernández del Río, actual coordinadora del Departamento de Orientación. Por primera vez, una mujer estará al frente de esta dirección. La transición se trabajará paulatinamente para garantizar la continuidad de su orientación pedagógica, la identidad jesuita y su compromiso en la transformación social a través de la educación. 

Cristina Fernández se integró en el centro en 1999. Durante estos 22 años ha realizado diversas funciones acordes con su preparación académica: Diplomatura en Magisterio con la especialidad de Educación Infantil y licenciada en Psicopedagogía. Posee un máster en Trastornos del Lenguaje y es experta universitaria en lenguaje Escrito. Por ello en el colegio Sagrado Corazón ha sido tutora y maestra en Infantil y coordinadora del Departamento de Orientación. A lo largo de su trayectoria profesional ha impartido formación en la Universidad de León y ha sido Terapeuta en el centro de Psicología Aplicada (Cepsicap). 

Fernández del Río asume con mucha ilusión esta nueva etapa que se presenta con diversos retos, en especial, el cuidado de las personas de la comunidad educativa, contribuyendo a construir un mundo más reconciliado, y con ello, más justo y más humano. “Cuidarnos para poder cuidar a los demás siendo personas para los demás", escribe. 

Su director general, Jorge Taboada, finaliza estos diez años con un sentimiento de gratitud por todo los retos afrontados y los momentos difíciles superados. “Todo ello nos ha servido para tomar conciencia de lo importante que es sentirnos comunidad educativa”, argumenta. “Gratitud para con Dios que me ha dado fuerzas y ánimo. Gratitud hacia la Compañía de Jesús, por haber confiado en mí. Y gratitud hacia las compañeras y compañeros que han recorrido conmigo este camino con sus sombras y con sus luces. Y por supuesto, gratitud hacia los alumnos y sus familias que han facilitado la labor y sin ellos no existiría nuestra noble misión de educar”. Suma a todo ello, la satisfacción por haber conseguido seguir siendo un colegio de la Compañía de Jesús, bien valorado en la ciudad de León. “Hemos puesto un ladrillito en la construcción de este gran proyecto abierto y con grandes retos de futuro que sigue siendo el colegio de jesuitas de León”.