Julio César Álvarez: «Cuando los políticos llegan a Madrid o a Valladolid se olvidan de que les han votado los leoneses»

— ¿Cuál es el momento que vive el CEL, y cuáles son sus objetivos de futuro?

—Hemos pasado un momento delicado con la pandemia, no hemos podido encontrarnos como hubiéramos querido, y ese contacto es parte de la esencia del Círculo, compartir experiencias, ayudarnos unos a otros. Es verdad que han venido nuevas tecnologías, que el covid nos obligó a modernizarnos de un día para otro. Ahora estamos muy motivados retomando esos encuentros, porque es el momento de sumar esfuerzos y que la economía leonesa se recupere. Tenemos que trabajar por la provincia.

— ¿Qué papel juegan los empresarios a la hora de plantear soluciones para los problemas de la provincia, se les tiene en cuenta?

—Los empresarios tenemos mucho que decir, al final somos los que creamos valor y los que arriesgamos nuestro patrimonio. No es la administración, somos nosotros. Pero a veces no tenemos el peso que deberíamos en la toma de decisiones. Y aquí también hay que entonar un mea culpa, no siempre reclamamos ese protagonismo. Aunque es verdad que en muchas ocasiones no se nos hace caso, el empresariado tiene que tomar parte en la toma de decisiones estratégicas para una provincia o un país.

— El proyecto de Presupuestos Generales del Estado para 2023 recorta la inversión en la provincia, y olvida un buen número de proyectos que León lleva años reclamando. ¿Cómo valora estas cuentas?

—La valoración tiene que ser mala, es una previsión inversora pésima para la provincia. No hablamos de partidos políticos, valoramos los presupuestos como empresarios y como ciudadanos; y ahí sólo podemos decir que León vuelve a ser castigada. Este año la inversión consignada es de 176 millones de euros, para el próximo se prevén 156 millones. Esto son cuentas: al final hay menos dinero para la provincia, y eso se traduce en menos proyectos. Y en condenar al olvido proyectos que históricamente pasan de un partido a otro en el Gobierno, pero que siguen sin ejecutar. Ahí están la León-Valladolid, la A-76, la integración de Feve, las rondas de la capital, Torneros, la segunda fase del Parador de San Marcos, el teatro Emperador, la Ciudad del Mayor, la Catedral,... León vuelve a estar castigada en los presupuestos.

— ¿Considera que los intereses de la provincia se reivindican con suficiente fuerza, o eficacia, en las instituciones nacionales?

—No, y eso lo hemos mantenido siempre. Los políticos a los que votamos los leoneses no pueden ir a Madrid a defender los intereses de un partido o de otro, sino los intereses de León. Esos representantes están en las instituciones porque los leoneses les han votado para luchar por la provincia. La rebaja de la inversión prevista en los presupuestos del Estado para la provincia es un buen ejemplo de que no se ha ejercido suficiente presión ante el Gobierno.

— ¿Esa falta de presión se produce también ante la Junta de Castilla y León?

—Habrá que analizar en profundidad los presupuestos del próximo año, pero históricamente también ha sido así, ha ocurrido algo parecido. Cuando los políticos llegan a Valladolid también se les olvida que quienes les han votado son sus paisanos, que son procuradores porque los leoneses han depositado su confianza en ellos para que defiendan sus intereses. A menudo tenemos la sensación de que otras provincias tienen quien les defienda mejor. Lo que pedimos como ciudadanos es que luchen por lo nuestro, no pedimos que le quiten nada a nadie, pero sí que luchen por León. 

— ¿Como organización trasladan esas demandas a los políticos leoneses?

—Les llamamos, nos reunimos, les trasladamos las exigencias y toman nota. Aunque a menudo no vemos que todo eso se traslade a decisiones que beneficien a la provincia. Nuestra función es sobre todo representar a nuestros asociados, así que antes de cada reunión pulsamos entre ellos qué necesidades tienen y eso es lo que trasladamos a los políticos y las instituciones. Otra cosa es que todo eso dé fruto, así están demandas históricas que seguimos esperando, como Torneros, un proyecto clave que llevamos 15 años esperando.

— Un proyecto que acaba de presentarse por parte de Sepes, aunque no tiene partida en los presupuestos de 2023. ¿Le inspira confianza el plan presentado?

—Faltan aspectos fundamentales, como la integración del ferrocarril, que es básico para el polígono de Torneros. Como somos positivos, tenemos que agarrarnos al compromiso planteado; pero no aceptar que la Junta y el Gobierno se pasen la pelota porque el perjuicio al final es para León. Los 15 años que llevamos esperando esta infraestructura son un buen ejemplo. No podemos permitir que siga siendo así, este es un polígono importante, llamado a crear muchos puestos de trabajo que son muy necesarios para León. Nos extraña que un proyecto tan importante no tenga su partida en los presupuestos, pero la buena noticia es que finalmente podrá desarrollarse y que hay empresas interesadas. Y al alfoz de León se hacen falta infraestructuras industriales. Los plazos presentados son bastante ajustados, quizá existe ya cierto recelo por parte de los empresarios y los ciudadanos, cansados de que se les cuente siempre una milonga sobre este proyecto, de que el Gobierno y la Junta se echen la culpa del bloqueo. Desde el CEL queremos creer que puede conseguirse. Si necesitan la ayuda de los empresarios aquí estamos.

— Otro tanto pasa con el Parador, estamos a la espera de que Turespaña haga público un presupuesto en el que se ha adelantado que habrá inversiones. De momento en los presupuestos generales no aparece partida.

—Nunca debimos perder el tren de este proyecto, aceptar que se realizara en dos fases, porque ya adelantamos que iba a pasar lo que ha ocurrido. Nos hemos quedado con 50 habitaciones. Hay un cliente de paradores que estamos perdiendo, y que es magnífico para la ciudad. Y tampoco hay salones, como había antes, para acoger eventos y congresos. La ciudad tiene además un problema de capacidad hotelera, en las últimas semanas se ha puesto de manifiesto con la coincidencia de varios congresos. Si de verdad apostamos por el turismo congresual, la segunda fase del Parador es importantísima. Lo que pedimos a las administraciones es agilidad, menos vender productos para las elecciones y más realidades. Incluso si se acomete esta nueva fase, tardará dos o tres años en ser una realidad. Ya vamos tarde.

— Recientemente el alcalde de León ha sugerido la necesidad de buscar inversores de fuera para dotar la oferta hotelera de una ciudad que quiere ser de congresos.

—Antes de lanzar esa afirmación hay que mirar en casa. Hablar con los empresarios de la provincia. Es cierto que lo importante es que se invierta en León, pero muchos empresarios locales, y el hostelero es mi sector, estarían encantados de seguir apostando por León. Pero hacer un hotel es caro, y mantenerlo en el contexto actual de costes energéticos y laborales también. En todo caso, y eso lo he defendido desde hace mucho tiempo, el turismo de congresos necesita una planificación que no se está realizando. La pandemia paralizó los encuentros y ahora se están celebrando muchos, León también se está viendo beneficiada. Es una ciudad bonita, tranquila, amable. Pero los congresos habitualmente se preparan con dos años de antelación, y lo que tendríamos que estar haciendo es buscando los que se celebrarán en 2024 ó 2025. Seguimos demandando una oficina permanente de turismo congresual, que trabaje desde el sector público pero también desde el privado.  Y programar los congresos durante doce meses, la semana pasada hubo tres a la vez y esta no ha habido ninguno. 

— El sector turístico sigue siendo fundamental para la provincia, ¿cómo ha sido la temporada?

—El inicio del verano nos sorprendió, no fue lo esperado; y ahora septiembre, y octubre con los congresos, está yendo bien. Venimos de años muy malos. Y llegan noviembre, diciembre, enero, febrero,... Los costes energéticos están siendo brutales, y no se han trasladado al cliente. Ni los de las materias primas, o del  coste salarial. No han subido los salarios, pero sí, y mucho, los costes salariales. Con todo, el precio de los hoteles en León sigue muy por debajo de la media. 

— Después de dos años de espera la Mesa por León se ha traducido en un gran fracaso. ¿Ha sido un engaño para los leoneses?

—Me apena que acertáramos con lo que adelantamos sobre la Mesa por León. Ojalá hoy tuviéramos sobre la mesa aunque sólo fuera un proyecto para la provincia. Lo que se hicieron fueron fotos. Nosotros nos reunimos con Humildad Rodríguez, aunque no estábamos en la Mesa colaboramos en todo lo que nos pidieron. Lo que nos importaba eran los resultados. No sé si fue un engaño, pero nos han tenido otros dos años embobados, así de claro. Los que no tenemos ninguna responsabilidad somos los que no fuimos invitados a formar parte de ese proyecto. Es más, no se quiso que estuviéramos. Se vetó a empresarios e instituciones. La corresponsabilidad del fiasco es de los que estaban sentados a la Mesa.

— ¿Y ese fiasco contribuye al sentimiento de resignación de la provincia, y puede desincentivar decisiones de inversión?

—Desgraciadamente, creo que sí. Si eres un empresario de fuera y ves este panorama, te lo piensas antes de invertir aquí. Si los proyectos salen adelante y te dan facilidades, vienes a invertir. Y los de León queremos producir en la provincia, pero no pueden ponernos piedras en el camino. Hay otros lugares del país donde se recibe con los brazos abiertos a los empresarios, y ahí deciden arriesgar su dinero. Aquí eso no se hace.

— ¿Cómo valora como empresario la batalla fiscal entre las autonomías?

—Lo que es triste es tener un país con 17 fiscalidades. El empresario mira dónde va a tener más beneficios, y los incentivos son determinantes. Creo que debería existir una única fiscalidad.

— El presidente del Gobierno ha anunciado beneficios para las inversiones en Soria, Cuenca y Teruel por la despoblación. 

—Es una aberración. No entiendo por qué se excluye a León y Zamora, por ejemplo. Tienen que empezar a ayudar ya, no esperar a que los índices estén por los suelos. Históricamente hemos demandado una fiscalidad distinta para las zonas rurales, no las de León, las de toda España. 

— El declive poblacional de la provincia ¿es irreversible? ¿Se han adoptado medidas eficaces?

—No hemos visto medidas palpables, la provincia sigue desangrándose de jóvenes. Y ahí tenemos responsabilidad todos, los ciudadanos, los padres, los empresarios,... Les decimos que se vayan fuera, pero en León hay oportunidades, y se vive mucho mejor que en las grandes ciudades. Tenemos que potenciar lo bueno de León, y volver a atraer el talento. Mirar al futuro.

— Parece que la recesión es inevitable. ¿Cómo enfrentan las empresas locales esta previsión, va a sufrir de nuevo el empleo?

—No está claro cuándo se va a entrar en recesión, pero es obvio que el empleo sufrirá. Para contener la inflación se está frenando el consumo, así que habrá empresas que cierren, concursos de acreedores,... 

— Hemos reflejado un panorama muy pesimista, pero sin duda hay mensajes optimistas que transmitir.

—No es pesimista, es la realidad. Pero desde el CEL seguimos siendo optimistas. León tiene un potencial bestial en todos los sentidos. En el capital humano, allá donde vas hay leoneses en puestos de altísima responsabilidad. Tenemos una provincia con siete reservas de la biosfera. Y muchas empresas muy representativas en todos los sectores. Una Universidad que todos querríamos que fuera mejor, pero que está muy bien. Y pymes que sostienen la economía, aunque sería bueno que crecieran en tamaño. Y tenemos unos jóvenes maravillosos. Todos tenemos que mostrar orgullo por estar en León, y potenciar todo lo que se hace aquí. Mucho más, y mejor, de lo que creemos.

«Lograr la Agencia Espacial exige unidad.  Lo primero, León»

— León no consiguió el ‘hub’ de ciberseguridad europeo, ahora lucha por la sede de la Agencia Espacial Española, y tiene una dura competencia. ¿Tienen estas candidaturas un respaldo suficiente y unánime?

—Sinceramente, creo que no. Si no, algo más tendríamos que haber conseguido. Evidentemente no somos los únicos que reclamamos proyectos, y otros territorios tienen problemas, como nosotros. Lo que sí exigimos es que alguna vez haya algo para León, y eso requiere, evidentemente, una unidad de acción desde la provincia. Desde todos los estamentos. Haya dos asociaciones empresariales o siete, tiene que haber también unidad de los partidos políticos, sean de las siglas que sean. Todos tenemos que pedir conjuntamente proyectos para León, para toda la provincia, y exigir a las instituciones con una voz unánime. Y ese carácter reivindicativo tiene que abarcar también a los ciudadanos, no podemos pretender que el futuro de esta provincia funcione si no nos ponemos de acuerdo porque somos dos sindicatos o dos asociaciones o partidos distintos. Si esto sigue así, como sociedad nos irá muy mal. Lo primero, lo que hay que poner por encima de todo, es a León. Eso no quiere decir que luego no se puedan defender puntos de vista distintos, y que cada uno plantee lo que considere. Pero lo primero León. Porque proyectos como la Agencia Espacial Española son fundamentales para el futuro de la provincia. 

— Hablaba antes de la necesidad de suelo industrial, hay polígonos como Villadangos que crecen y captan proyectos y otros como el de Onzonilla con problemas. ¿A qué los achaca?

—En el de León las parcelas se vendieron en su día y creo que son privadas, no hay parcelas públicas grandes disponibles y el precio puede ser un problema. Como inversor vas donde te dan mejores condiciones, y eso está pasando en Villadangos, donde hay una gestión eficiente del suelo. Por eso se ha convertido en un importante polo logístico, afortunadamente para toda la provincia. La actividad que generan las empresas que allí se ubican mueve la economía de toda la zona, de toda la provincia. Hay que felicitar la gestión que se ha venido haciendo, y se sigue llevando a cabo, del polígono de Villadangos.