Diario de León

«El curso comenzará con más docentes, es algo puntual para garantizar la seguridad en el aula»

 5 DE 12.   CLASES MARCADAS POR LA DISTANCIA SOCIAL. Preparar la vuelta al colegio en septiembre, cuando aún no ha concluido este curso, es uno de los retos fundamentales de la consejera de Educación, con nuevos títulos de FP y obras pendientes para la provincia de León.

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La quinta entrevista de la serie El Gobierno autonómico en León —contando la del dimitido consejero de Empleo e Industria, que ahora deja pendiente la de su sustituta, Ana Carlota Amigo— aborda los retos de la educación. La titular de esta consejería, Rocío Lucas, desgrana los planes de su departamento para León en un momento en el que «si la economía ha cambiado, la formación también tendrá que hacerlo». Un largo encuentro con periodistas de Diario de León que se traduce en un entrevista condensada en la que se resuelven muchas dudas que tiene la comunidad educativa en este momento.

—Este curso ha estado marcado por la pandemia. ¿Qué previsiones hay ya de cara a septiembre?

—No hemos terminado aún este curso y en circunstancias normales no estaríamos aún pensando el próximo. Tenemos que preparar el éxito educativo, y no quiero ponerme aún en el horizonte del próximo curso, porque este programa es una de las señas de identidad de Castilla y León desde 2008, con los refuerzos en julio. Si antes sólo era para cuarto de la ESO, este curso también será especial con refuerzo para Bachillerato, para que los que no hayan titulado y se quieran presentar en septiembre, y también para sexto de Primaria. Julio será un mes de actividad educativa muy intenso y también hemos reforzado la atención presencial para los alumnos que necesiten fisioterapeuta.

—¿Y de cara a septiembre?

—Nada se parece ahora a cómo se planteaba en las declaraciones de la ministra en mayo con criterios de ratio a 15 combinando presencial y online. El tiempo va determinando y la situación epidemiológica va cambiando. Si todo sigue así, en septiembre habrá un inicio de curso presencial, donde no se habla de ratios si no de medidas de seguridad.

—¿Cómo se está organizando?

—Con el conocimiento de los centros y su distribución en algún caso podrán entrar todo el grupo, en otros habrá que desdoblar clases si no entran con esa distancia del metro y medio y mascarilla. Es necesaria la contratación de más profesores porque esa distancia de seguridad ya es de obligado cumplimiento por el real decreto ley. Pero las perspectivas son más optimistas que al principio del confinamiento, septiembre tendrá una normalidad más parecida a la de siempre que lo previsto al principio.

—Habla de contratación de docentes. ¿Se ha calculado ya cuántos cuando los sindicatos barajan que sólo para la provincia de León serán necesarios 1.160?

—No se trata de tener un cálculo. Ahora estamos analizando cada uno de los centros y los profesores aún están trabajando en este curso. Con las direcciones provinciales y los inspectores educativos estamos analizando los metros que tiene cada aula para ver, con la distancia de seguridad, cuántos alumnos podrían estar en cada una de ellas. No es un tema de negociación de plantillas, es un tema de seguridad y coyuntural, de buscar las condiciones de seguridad y salud que nos plantean el ministerio y la consejería de Sanidad. En algún caso se podrá mantener la ratio actual y en otro no. Cuando se tenga el análisis hecho se sabrá el número de profesores que se necesita contratar.

—¿Se sabe con que medios se contará? ¿Ya se ha hablado con los ayuntamientos para contar con otros edificios si fuera necesario como ha propuesto la ministra Celaá?

—Estamos en ese contexto de análisis. Hay espacios que se pueden utilizar como las aulas de usos múltiples, talleres de informática, salones de actos y aulas de música. Normalmente son espacios en los centros que, aunque no se dedican a docencia directa, sí se pueden utilizar para ello. Lo que no nos planteamos es adquirir centros de otras administraciones que no sean de la administración educativa. Porque no tendríamos el acceso y el control de la seguridad y la prevención que conlleva el alumnado, que está bajo la tutela del equipo directivo y los profesores. Se baraja que los alumnos que ya son transportados puedan cambiar a otro si el suyo está masificado, pero siempre en centros de nuestra titularidad.

Escuelas conectadas
«En septiembre, los 282 centros de León tendrán conexión con banda ultrarrápida»

 

—La ministra de Educación también ha planteado que algunas de las clases se impartan en los patios...

—Ya le hemos dicho al ministerio que esto era una ocurrencia y que en el ámbito educativo se tienen que tomar las cosas con mayor seriedad y más rigor. Esto provoca que se genere un debate que no lleva a ningún sitio y crear mayor confusión en algo en lo que tendríamos que trabajar todos juntos para ofrecer las mayores certezas, garantías y seguridad para empezar el curso con normalidad.

—¿No es incongruente que los niños de 7 años tengan que llevar mascarilla en la calle y Celaá diga que en el colegio no?

—Sí, es una incongruencia y se salta su primera recomendación. Desde el punto de vista de salud pública nosotros planteamos que si se necesita mascarilla en la calle, en el colegio igual. Deduzco que igual ha sido una confusión en el ministerio. Desde Castilla y León consideramos que es necesaria la mascarilla porque la norma dice que la mascarilla es obligatoria a partir de los 7 años es una norma y la vamos a cumplir.

—¿Cómo valora el reparto de los fondos del Gobierno para hacer frente a las consecuencias de la pandemia?

— Los fondos se aprueban sin saber los criterios. El presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, ya insistió en la conferencia sectorial que deberíamos conocer los criterios, si no ya en el ámbito educativo sí en el de Hacienda y por eso se pidió un Consejo de Política Fiscal y Financiera. Se dijo que el curso comienza en septiembre y finaliza en junio de 2021, con lo cual tienen que venir fondos de dos anualidades presupuestarias, porque después de enero seguirán existiendo esas necesidades, salvo que el ministerio plantee otro escenario. Sí se conocen ya los fondos para Sanidad y Servicios Sociales y con esto a Castilla y León le corresponden 125 millones de euros. Por sentido común puedes pensar que para Educación vienen menos porque tenemos menos estudiantes que otras comunidades, aunque aquí el alumnado esta disperso, con comedores y transporte, que en ningún momento aparecía como un criterio para el reparto.

—El coronavirus ha puesto el foco en la brecha digital. ¿Qué planteamientos tiene la consejería para romperla?

—Uno de los elementos que hemos visto más necesario en la pandemia es internet. Cuando hablamos de brecha digital no hablamos tanto de falta de dispositivos como de conexión. Si no llega internet a la zona rural, difícilmente puede llegar la educación, la sanidad o cualquier otro servicio. La digitalización de la educación tiene que ir de la mano de llevar internet a toda la geografía de Castilla y León, pero sobre todo al mundo rural. La digitalización y la llegada de internet tienen que estar unidos con las tablets o los dispositivos digitales.

 

El 1 de julio
«Quiero lanzar un mensaje de tranquilidad a los alumnos: la Ebau se hará con todas las garantías»

 

—¿Cómo lo están afrontando?

—Desde Fomento y Educación trabajamos en cubrir esas dos necesidades. Sin internet, da igual que dejes un ordenador. Necesitas la conectividad, se nos podrá llenar la boca con el tema de las ratios, pero para romper la brecha digital, internet debe llegar a todos los espacios. Aquí el Gobierno tiene un papel fundamental con el reto demográfico, para que internet llegue al mundo rural. Si no llega internet, el resto de los servicios es muy difícil abordarlos.

León-pregunta

—¿Cuentan con alguna medida concreta?

—La consejería de Educación está trabajando en un plan de digitalización de los centros educativos, con el proyecto de Escuelas Conectadas, un proyecto muy importante y ambicioso para llevar la red ultrarrápida a más de 1.300 centros educativos. Está muy avanzado, ya íbamos por 600 centros y con la pandemia se paralizó. Lo hemos retomado y entre junio y agosto pensamos terminar la conectividad en todos los centros. En el ámbito de la provincia de León son 282 centros, había 34 y se van a hacer 54, pero en septiembre esperamos que los 282 centros estén conectados a banda ultrarrápida de 60 gigas. Esto va unido a un plan de formación digital de los profesores, que durante la pandemia ya se activó y que han aprovechado 10.000 docentes. Además, en este mes de julio también vamos a formar u ofrecer a los profesores formación en el ámbito de aulas virtuales o digitales por si viene un rebrote, porque es necesario estar preparados. Pero a mayores estamos haciendo un plan para el acceso a tabletas u ordenadores para los alumnos. Es necesario hacer un planteamiento global y conjunto y lo que hemos visto con la pandemia es que internet es necesario, imprescindible y vital para el desarrollo de una comunidad y una sociedad.

—En el supuesto caso de que llegara un rebrote, ¿estaríamos ya preparados?

—Cuando se produjo el cierre nos pilló sin un plan de digitalización y a muchos centros sin tener acceso a aulas virtuales. Ha habido muchas adaptaciones y se han creado 150, si había 600 hay 750. Si hay un rebrote y volemos a un confinamiento tenemos que tener las herramientas para que no nos vuelva a pasar lo mismo. Ahora tenemos que estar mejor preparados y los centros tienen que tener una plataforma digital. Les vamos a plantear que aún dentro de su autonomía, es fundamental que la tengan no sólo por los rebrotes, también para otras acciones educativas. Hay que estar mejor preparados desde el punto de vista digital. La alternativa del cierre nunca se decidirá desde Educación, se volverán a aplicar los criterios sanitarios, pero desde la consejería sí tenemos que prever que se tengan todas las herramientas y no estemos como en marzo, que después hemos tenido que ir actuando en función de las circunstancias.

—Ha hablado de las ratios. ¿Sería positivo aprovechar esta situación para reducirlas?

—Siempre ha sido una demanda, pero en Castilla y León tenemos una ratio muy baja con la dispersión de los centros. En el entorno urbano ahora está a 25, que con el tema de la distancia de seguridad ya no podrá estar, por lo tanto no es un tema de aprovechar la situación de la pandemia. Ahora se trata de garantizar la seguridad, acompañando a los criterios sanitarios. No es el momento para un planteamiento de criterios estructurales, esperemos que sea una situación coyuntural.

—¿Se ha comenzado a hacer test a los docentes?

—Se ha planteado a los que se incorporan ahora que se hagan el test de seroprevalencia de forma voluntaria. Algunos ya se lo han hecho y otros no, esta es una medida para todos los empleados de la Junta de Castilla y León.

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—A pesar de que los alumnos finalizarán el curso en casa, sí se ha permitido a los alumnos de segundo de Bachillerato regresar a las aulas para preparar la Ebau. ¿Cómo ha sido su respuesta?

—Las clases de refuerzo están saliendo bien, han sido muy bien aceptadas, con 5.200 alumnos y 2.159 profesores. La matrícula para la Ebau termina el 17 de este mes y ya sabremos cuántos se presentan a la prueba.

—¿Está todo listo para la Ebau, teniendo en cuenta todas las medidas que se deben seguir?

—Tenemos una previsión de 53 sedes, diez en León, con la distancia de seguridad, las mascarillas y los hidrogeles, además del resto de los protocolos. Si al cerrarse la matrícula hay más alumnado ampliaríamos los centros, aún tenemos capacidad de reacción. Inicialmente está todo muy estructurado y hay que lanzar un mensaje de tranquilidad seguridad, de confianza porque llevamos trabajando con las pruebas de la Ebau dos meses. Lo que quiero decir al alumnado es que igual que están yendo bien las clases de refuerzo estas semanas, cuando llegue la Ebau, también se hará de forma segura y tranquila.

—¿Las diferencias de criterios en las autonomías pueden perjudicar a los estudiantes?

—Desde Castilla y León siempre hemos dicho que los títulos tienen que estar seguros, porque mañana cualquiera te puede recurrir un título si no se ajusta a ley. El alumnado de Castilla y León puede estar tranquilo de que su título no puede ser recurrido por nadie y pueden presentarse a la Ebau con toda la seguridad y garantía.

—La demanda de los últimos años es lograr una Ebau única a nivel nacional, teniendo en cuenta que el alumnado de Castilla y León sale perdiendo debido a que en otras autonomías los criterios son más laxos. ¿Se seguirá luchando por una prueba en igualdad de condiciones?

—Los parámetros generales los marca el ministerio y se ha pedido, y se seguirá pidiendo desde Castilla y León, que se celebre una prueba única. No es algo que ahora que se vaya a dejar de lado. Seguiremos insistiendo que sea una Ebau única porque el distrito universitario es único, e independientemente de que la Ebau sólo represente el 40% de la nota final, al ser un distrito único la prueba también debe serlo.

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—¿Cómo serán este año los exámenes?

—Este curso, para hacer las pruebas lo más homogéneas posibles se ha dado más optatividad, porque así están todos en igualdad de condiciones. El alumno puede optar a las preguntes que considere que domina o controla mejor. El resultado de Castilla y León de las asignaturas generales siempre era muy por encima de la media, aun cuando era un examen más riguroso que en otras comunidades. Confío en que este año, dado que la optatividad es mayor y la preparación del alumnado mejor, salgan más beneficiados que en otra comunidad autónoma.

—Tras el salto a la universidad, llega la polémica de las tasas, que ha abogado porque se incluya en el pacto por la recuperación de Castilla y León.

—Hemos tenido muchas reuniones de planteamiento con el ministro Castells, pero nos hemos encontrado con el planteamiento de eliminar las horquillas universitarias en el boletín y que la cuantía, cómo se cuantifican los créditos de los grados, también se ha cambiado, cuando se puso sobre la mesa que eso había que decidirlo en una comisión general de universidades. Castilla y León votó que no porque no es el momento ni la forma, porque no tiene respeto a las comunidades autónomas que son las que financian las universidades. En el documento se vio que Castilla y León estaba por encima de la media en el crédito en primera matrícula. Era un 1,1 millones, no era un gran impacto, pero lo teníamos ya comprometido para ayudar a becas Covid, porque aunque Castells diga que va a modifica el planteamiento de las becas no afectará a la situación actual de la renta familiar porque vas a la renta de familiar de 2019. Ahora hay familias que han sufrido por el Covid y no van a poder estar en las becas de 2021. Entonces ya le dijimos al ministerio que si quería que se hiciera esa rebaja de tasas, que son 0,40 céntimos para cada alumno, tenía que venir con financiación porque sino en Castilla y León dificultaba el tema de las becas. Aquí siempre hemos sido partidario de que las tasas tienen que estar en la media, pero que es más equitativo un buen sistema de becas que permita tener en cuenta la unidad de la renta familiar y el expediente académico, pero sobre todo la renta familiar y los 40 céntimos no afecta a la renta familiar porque afecta a todos. Es un tema que está sobre la mesa en el pacto con el PSOE y en función de cómo se plantee se llevará de una forma u de otra.

—¿Se va a modificar el sistema de financiación de las universidades públicas para que las pequeñas, como la de León, también tengan posibilidades de crecer?

—Las universidades de Castilla y León están completamente saneadas, a pesar de que en otras autonomías no ocurre lo mismo. Es un compromiso que se mantuvo en la pasada legislatura y continuará en esta. Las cuatro están actuando de forma muy coordinada con la Consejería de Educación en esta situación de pandemia y están haciendo un esfuerzo considerable por garantizar la calidad del sistema universitario. Cuando hemos tenido que abordar cuestiones de financiación sí que ha habido criterios distintos. Ahora se están haciendo los nuevos grados, que vienen con las correspondiente financiación. Lo que sí nos hemos comprometido con las universidades para que se desarrolle es ir cambiando el modelo de financiación de las universidades. Este modelo tiene ahora unos criterios generales, unos contratos programa, y con el cambio se basará en un concepto singular, en otro básico y en un tercero competitivo. Dentro de la singularidad se tendrá en cuenta también las peculiaridades de cada uno de los campus también. Una de las fortalezas de nuestro sistema universitario son los campus, que se reparten por todo el territorio, como en León y en Ponferrada. Queremos seguir potenciándolos mucho y más ahora, en esta situación de pandemia porque es una fortaleza: buenos estudios, buena calidad y menos masificación y mayor seguridad a la hora de estudiar.

De izquierda a derecha y de arriba a abajo, Joaquín S. Torné, Marco Romero, Abigail Calvo, Rafael Blanco y la consejera de Educación, Rocío Lucas, durante la entrevista telemática. DL

—¿Qué medidas plantea para afrontar el fracaso del bilingüismo?

 

—El bilingüismo discrepo que haya fracasado. Entiendo que es mejorable y de hecho se estaban planteando mejoras a través de un plan de éxito para este curso, pero se dejará por la pandemia para otro momento. El plan de éxito se centra en el acompañamiento en cuarto de la ESO y en Primaria. Considero que es fundamental que se refuerce el idioma desde Infantil hasta Bachillerato, porque hay que preparar a los alumnos para la globalización, para que puedan estudiar lo que quieran. En este momento y de cara al siguiente curso, con todo lo que conlleva la reestructuración de espacios y horarios por el tema del coronavirus, comenzaremos el curso en una situación de pandemia, sin vacuna de momento, así que lo que inicialmente podríamos pensar que lo podríamos hacer en el próximo curso se está ralentizando. El idioma es para quedarse y que al tema del bilingüismo hay que darle otra configuración, también.

—Una alternativa que reclaman los críticos con el sistema bilingüe es que se den más clases de inglés y que el resto de las materias se sigan dando en castellano, como siempre. ¿Está sobre la mesa esta posibilidad?

—De hecho todas las asignaturas se estudian también en español, pero creo que con el sistema bilingüe los alumnos también están cogiendo los conceptos porque es como si les estuvieras hablando. Lo que nos dicen todos los pedagogos es que es necesario que se les hable en esa terminología y en esas asignaturas en inglés. Es una cuestión de buscar el equilibrio, que no suponga una brecha social entre los alumnos, porque tampoco puede ser que por el bilingüismo el alumno no titule o tenga dificultades. Mucha parte puede ser tener más horas de la asignatura de inglés, ese era uno de los elementos que teníamos de refuerzo, tener más asignatura de inglés, y más profesores que hablen en inglés

—Las críticas se centran también en que el profesorado no está preparado para dar sus clases en otro idioma.

—Es un conjunto de muchas cosas. El nivel va empeorando a medida que el alumno va creciendo. Lo de contratar más auxiliares de conversación, mayores expertos y más profesores de inglés era uno de nuestros planes de refuerzo del bilingüismo.

—¿Cómo se ha desarrollado la matrícula de los niños que el próximo curso empiezan el colegio, que por primera vez ha sido telemática?

—Hubo problemas los dos primeros días porque se colapsó el sistema con más de siete mil solicitudes cada día. Para evitar eso se amplío el plazo que ya ha finalizado con la matrícula de 48.000 familias, pero el resto del tiempo ha funcionado con normalidad y se ha dado una muestra de que cuando refuerzas la plataforma y la administración electrónica se pueden hacer muchas acciones de forma telemática.

—La bajada de la natalidad es algo que está ahí y que cada vez genera más competencia entre centros. Los públicos se quejan de que ellos no cuentan con las mismas campañas de publicidad que los concertados y que la Junta no les apoya lo suficiente.

—Cada centro hace sus campañas de publicidad, este año con la dificultad añadida de que lo tienes que hacer online. Un elemento positivo que era visitar el centro y los profesores no ha sido posible. Es algo coyuntural.

—¿Se va a mantener la dualidad de a pública y la concertada?

—El tema de la red pública y concertada no es tema de suplir. Es un tema que está en la constitución, que ya considera esa libertad de centros. En Castilla y León hemos manteniendo siempre el equilibrio 70% de alumnos matriculados en centros públicos, 30% en los concertados, aunque este porcentaje se concentra en el ámbito urbano. Seguiremos manteniendo ese principio constitucional, pero tampoco se están vaciando los centros públicos.

—¿Pero muchos centros públicos, sobre todo de las afueras, se están convirtiendo en centros gueto?

—Pero el padre también decide llevar a su hijo a ese centro, porque ahora hay una zona única. Cuando se habla de estos centros 20/30 lo que sí se les da desde Educación es mucho más refuerzo y la parte curricular se adapta. Se trata de tener buenos centros públicos y donde haya centros gueto, que tengan los suficientes recursos para que se les evalúe en igualdad de condiciones. De hecho, en los resultados del informe Pisa prácticamente se mantiene la misma equidistancia entre la red pública y la concertada. En Castilla y León también apostamos por reforzar en esos centros donde existe esa diversidad. Pero se trata de una decisión de libertad de los padres y de ofertar buenos centros tanto en una red como en otra.

—¿Se regulará la cuota voluntaria?

—Se ha regulado por el ministerio.

—¿Los concertados la siguen cobrando?

—Sí, pero es voluntaria y hay gente que no lo paga y no pasa nada.

—¿Jornada continua o partida?

—Hay diferentes opiniones pedagógicas. Desde 2011 se ha dado libertad para que la comunidad educativa decida y lo que salga por mayoría. Con esos dos tercios, prácticamente el 71% de los públicos tienen jornada continua y el 78% de los concertados. Si se logran las mayorías se puede tener jornada continúa, pero también es decisión de los padres.

 

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