Diario de León

SÍNTOMAS PREOCUPANTES

Desaparecen en un año un 0,9% de empresas mientras el empleo crece un 0,1%

 Cecale expresa su “preocupación” y exige medidas para que la contracción del tejido empresarial de la Comunidad sea un hecho “puntual”
 

Una de las empresas ubicadas en el polígono industrial de Villadangos del Páramo. F. OTERO PERANDONES

Una de las empresas ubicadas en el polígono industrial de Villadangos del Páramo. F. OTERO PERANDONES

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ICAL

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La desaceleración está ya muy presente en la economía real. El número de empresas que cotizan a la Seguridad Social cae de forma galopante y al cierre del tercer trimestre de este año, habían echado la verja más de mil actividades en Castilla y León en relación al dato de 2018. Unas empresas que generaron empleo, aunque con cifras por debajo de la mitad de hace un año.

Por provincias, el número de empresas cotizantes a la Seguridad Social descendió en Zamora (5.465), un 2,9 por ciento; en Ávila (5.133), un 2,7 por ciento; en Salamanca (10.340), un 2,3 por ciento; en Palencia (4.898), un 1,8 por ciento; en Segovia (5.507), un 1,4 por ciento; en Soria (2.973), un 1,3 por ciento; en León (12.929), un 0,9 por ciento; en Burgos (10.944), un 0,8 por ciento; y en Valladolid (15.483), un 0,3 por ciento.

En cuanto al empleo generado por estas actividades, se redujo en Ávila (34.229), un 0,7 por ciento y en Soria (27.948) y Zamora (36.205), un 0,5 por ciento en ambos casos. Por el contrario, creció en Valladolid (165.228) y Palencia (46.741), un 2,9 por ciento en cada una; en Burgos (112.829), un 1,3 por ciento; en Segovia (43.284), un 0,9 por ciento; en Salamanca (82.584), un 0,4 por ciento; y en León (108.608), un 0,1 por ciento.

Las claves de esta situación las da el Ministerio de Trabajo y Migraciones. El número de actividades que cotizaban a finales de septiembre se situó en la Comunidad, en 68.790, lo que representa 1.034 menos que en la misma fecha del año pasado, con un retroceso porcentual del 1,5 por ciento.

El tejido productivo se encogió en todos los sectores, con un especial impacto en los servicios, donde se cerró el noveno mes del año con 48.317 actividades cotizantes, 744 menos que en 2018. Asimismo, en la construcción, un sector que empezaba a ver la luz tras años de duros ajustes, el número de empresa mermó en 174, hasta un total de 7.551, con la mayor pérdida porcentual entre actividades, con una bajada del 2,3 por ciento.

En cuanto a la industria, un sector clave para apuntalar el crecimiento de la Comunidad y por el que todos los grupos políticos y agentes económicos y sociales apuestan, como motor de desarrollo y vía para acabar con los desequilibrios territoriales, también perdió 61 empresas, hasta cerrar el mes de estudio con 6.830. El sector primario también sufre, y acabó con 6.092 compañía, 55 por debajo del dato de hace un año.

Empleo

A pesar de esta contracción del número de empresas, lo cierto es que el empleo siguió avanzando, aunque a un ritmo muy inferior al de hace un año. En concreto, las actividades daban trabajo a 657.656 personas, 7.705 más que en 2018, con un avance relativo del 1,2 por ciento. Sin embargo, la cifra empleo del año pasado por las mismas fechas, 649.951 asalariados, supuso un aumento en 16.541 puestos respecto a 2017, es decir, la creación de trabajo baja a menos de la mitad, otro consecuencia más del momento de incertidumbre.

Por sectores, la construcción destruyó puestos de trabajo, un total de 958, hasta cerrar el tercer trimestre del año con 39.546 asalariados. Por el contrario, el sector primario generó 3.697 empleos; y los servicios, 3.184, hasta los 30.848 y 456.833 trabajadores, respectivamente. La industria, por su parte, impulsó la creación de 1.782 empleos, hasta un total de 130.429.

Desaceleración global

La Confederación de Organizaciones Empresariales de Castilla y León (Cecale) expresó su “inquietud y cierta preocupación” porque la tendencia “alcista” de los últimos años en creación de empresas “puede interrumpirse si no se toman ya medidas importantes que reviertan esta situación que esperemos que sea puntual”.

En este sentido, responsables de la patronal autonómica recalcaron que el empresario “ansia que se ponga ya fin al actual y dilatado clima de incertidumbre, así como a las guerras comerciales y a esa tendencia que muestran ciertos países de retorno hacia el proteccionismo”.

Una vez eliminadas estas situaciones, aseguraron, el dinamismo empresarial “podrá retornar; puesto que la inversión productiva elige entornos de mayor certidumbre, con el objeto de poder desplegar sus modelos de negocio en entornos competitivos y de cierta estabilidad, sin factores sustanciales adicionales al ya propio riesgo intrínseco que conlleva todo negocio”.

Desde la confederación apelaron a la responsabilidad de los políticos con el bien común y por España, y a “no malograr los importantes esfuerzos soportados y realizados por todos los españoles para reestablecer un equilibrio económico”.

Así, defendieron que las principales medidas a afrontar pasan por “una inmediata aprobación de los nuevos Presupuestos Generales del Estado”. Asimismo, manifestaron que el Estado “debe adelgazar el entramado normativo y burocrático que penaliza la normal actividad de las empresas”.

Cecale entiende que, del mismo modo, el Estado “debe velar de forma más contundente en actuar allí donde no llegue la iniciativa privada y operar en términos de mayor eficiencia y excelencia, donde es fundamental también la parametrización y mediación de sus avances para poder continuar mejorando”.

Igualmente, los empresarios abogaron por impulsar la colaboración público – privada que “hoy adquiere una relevancia prioritaria y especial, para luchar contra uno de los principales riesgos de la economía española, como es el elevado déficit y deuda pública”.

Por otra parte, comentaron que es “fundamental” poner en valor la aportación de las organizaciones al “avance” y al “progreso” de la sociedad. “Las empresas contribuyen al crecimiento profesional y personal de sus colaboradores, además de contribuir de forma neta -vía ingresos fiscales- a la mejora del bienestar económico y social del país; constituyéndose así las compañías en generadoras de auténticos ecosistemas de progreso económico”.

 

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