La despoblación acerca la ciberseguridad

La lucha contra la despoblación que quiere emprender Europa juega a favor de la candidatura que ha presentado León para hacerse con el centro de ciberseguridad que coordinará todas las acciones que impulsen en este campo los países miembros.

Es el principal aval de la ciudad, que defiende en su propuesta, desplegada en 124 folios, las ventajas de descentralizar este tipo de instituciones para corregir los desequilibrios demográficos. El argumento lo comparte también el comisario europeo Thierry Breton, partidario de llevar a regiones más pequeñas determinados organismos de la Unión. La decisión final no se sabrá hasta el próximo 9 de diciembre.

En cambio, Bruselas, Luxemburgo y Múnich, los rivales más fuertes, apoyan su relato en lo contrario, es decir, en la centralidad y cercanía con el resto de sedes europeas. «Esta proximidad facilitará los intercambios con los responsables de la toma de decisiones», subrayan.

Vilna, otra de las capitales que aspiran al organismo, ofrece un edificio emblemático como futura sede, la torre de la televisión, el más alto de toda Lituania. Basa buena parte de la propuesta en su «liderazgo» en el campo de la tecnología.

También compite Bucarest, que tiene como uno de sus principales atractivos, según recoge el documento enviado a la Comisión Europea, la poca carga fiscal que soportarían los funcionarios del propio centro y los trabajadores del sector privado. Presenta igualmente edificios inteligentes que estarían operativos desde el primer día. Mientras, Varsovia, que en principio cuenta con menos opciones, vende un ecosistema muy fuerte en ciberseguridad. No obstante, apenas hay contenido en el informe que ha elaborado el Gobierno polaco.

Los siete aspirantes presumen, además, de un entorno adecuado, de una red rápida y fiable, con acceso al 5G, de un sistema educativo fuerte y de buenas conexiones, tanto por carretera como por avión o tren. León también vende «calidad de vida».

En la votación del día 9 se tendrán en cuenta varios requisitos, según se desprende del calendario que oficializó el miércoles la Comisión. Valorarán la fecha en la que el centro puede entrar en funcionamiento; la accesibilidad de la ubicación; la presencia de colegios internacionales para los hijos del personal; el acceso al mercado laboral, la atención médica y la conectividad, seguridad e interoperabilidad con instalaciones de tecnologías de la información para gestionar los fondos que lleguen de la UE. Del mismo modo estimarán la existencia de un ecosistema de ciberseguridad y el equilibrio geográfico. A estos dos últimos puntos se agarra la candidatura de León, avalada por el Gobierno de España, la Junta y el Ayuntamiento. La presencia del Incibe y el apoyo institucional son otros de los puntos fuertes.

Nada que ver con el proyecto que ha presentado el gigante alemán. Múnich, con un millón y medio de habitantes, considera que este centro debe estar ubicado en el «corazón de Europa», donde hay «trabajadores altamente cualificados», además de escuelas internacionales y un aeropuerto que conecta con las principales ciudades. El mismo argumento exhiben Bruselas y Luxemburgo, que añaden su «experiencia y reputación» en el campo de la ciberseguridad. Ponen como ejemplo su «liderazgo» en proyectos piloto y se ofrecen como dos de las capitales más accesibles del continente.

Vilna, en cambio, no cuenta con una red de infraestructuras tan potente, aunque se muestra como «uno de los lugares más seguros para trabajar» mientras dure la pandemia. Y en Bucarest, según se desprende de su candidatura, la tasa de IVA es la segunda más baja de la Unión. Hay, como en Varsovia, una vida «cultural rica y entretenida», además de «excelentes conexiones de vuelos internacionales».