Diario de León

El detenido por el crimen de Obispo Almarcha es un vecino de la víctima

Tiene 28 años y era inquilino de la mujer, que apareció cosida a puñaladas durante el confinamiento

Portal del inmueble en el que ocurrieron los hechos. CASARES

Portal del inmueble en el que ocurrieron los hechos. CASARES

León

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El varón detenido ayer por agentes del Cuerpo Nacional de Policía en relación con el crimen de Obispo Almarcha es un inquilino al que la víctima tenía alquilada una de sus propiedades y con el que mantuvo una discusión por diferencias que no han sido aclaradas, dado que el sospechoso mantiene una actitud de escasa colaboración. Tiene 28 años y se desconoce el trasfondo completo del asunto. Era vecino de la víctima. El investigado niega su implicación en lo sucedido y las pesquisas de la Brigada de Policía Judicial parecen corroboradas por las indagaciones de la Policía Científica de la Unidad Central de Madrid, que están encaminadas a cerrar el caso en una fase “crucial” para su resolución.

Instrucción 1 mantiene la investigación bajo secreto de sumario. El juez instructor tiene que decidir hoy si prorroga el secreto sumarial o si decide prorrogarlo. Lo que sí está claro es que la intención del grupo investigador es agotar el plazo de 72 horas desde su detención que concede la ley, con el fin de apurar la extracción de conclusiones. Se cumplen el viernes y es probable que sea entonces cuando se le ponga ante el juez.

Dos años después de que se cometiera el crimen (se cumplen el próximo día 24 de marzo) el trabajo laborioso y callado que se había desarrollado en este tiempo puede empezar a dar su fruto. Las primeras semanas de la investigación resultaron complicadas por las condiciones: era etapa de confinamiento y no había demasiado margen para los seguimientos. Por eso se apuntó inicialmente a una expareja sentimental de la fallecida y a un familiar directo. Con el tiempo se llegó a la conclusión de que ninguno de los dos había sido la persona que aquella noche cosió a puñaladas a la fallecida, conocida por regentar un bar cercano al domicilio donde ocurrieron los hechos, en la calle Obispo Almarcha 5.

No obstante, se abrieron otras líneas de investigación. Los investigadores “soltaron carrete” para ver si la estrategia funcionaba. Con la colaboración del juez instructor, especialmente ocupado en este tiempo porque duplica su labor y apoya las tareas de la Sección Tercera de la Audiencia en una labor de apoyo, se consiguieron órdenes judiciales para practicar pesquisas.

Una de ellas, al parecer, fue el cotejo de los terminales telefónicos. No dio demasiado resultado porque los informes de las antenas no aportaban pruebas concluyentes, pero sí lo fueron conversaciones recientes en las que el sospechoso hablaba en clave de lo sucedido, en la creencia de que tanto tiempo después, los hechos estaban llamados a prescribir.

La Policía Científica busca evidencias biológicas en al menos dos pisos. Uno de ellos fue el que ocupaba como residencia el sospechoso, pero las primeras inspecciones no han hecho luz en lo que pudo ocurrir aquella noche. Se trata de conseguir indicios suficientemente sólidos como parar determinar la procedencia de formular una acusación firme contra el arrestado. Bajo el argumento del secreto del sumario, no ha trascendido la vinculación de la segunda vivienda con el caso.

Un auto judicial de fecha de 21 de diciembre decretó el secreto del sumario, que fue prorrogado por otro auto de 17 de enero. Es previsible que se pueda producir una tercera prórroga. No obstante, la Policía Nacional de León cree que tiene una evidencia para la que el detenido no podrá presentar coartada. El hallazgo precipitó los acontecimientos en las últimas horas. Se iban dando pasos lentos pero seguros hasta que se cotejó un dato que parece irrefutable. Ello desencadenó la operación, que mantuvo ocupados a tiempo completo a los efectivos de la Brigada Provincial de Policía Judicial y a la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta.

 

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