Sucesos
Detenido un recluso de Villahierro por una violación grupal de hace seis años
La víctima era una menor cántabra que reconoció a su agresor a través de un retrato robot
Un varón marroquí de 29 años de edad, recluso del centro Penitenciario Provincial de Villahierro, fue detenido el pasado en la prisión leonesa por agentes de la Guardia Civil de Cantabria, acusado de formar parte de una violación grupal ocurrida en Revilla de Camargo (Cantabria) en julio del año 2015, durante unas fiestas de la localidad.
La víctima reconoció a su agresor a través de un retrato robot recientemente, después de que el caso hubiese estado paralizado varios años, tras perderse la pista de los agresores, todos ellos de origen subsahariano.
Durante estos casi seis años, los agentes han continuado con la investigación, hasta que hace unos dos meses surgió una nueva línea de investigación, cuando se detectó la presencia del recluso marroquí en la cárcel de León, que cumple condena por un delito contra la salud pública.
A partir de ahí se pudo conocer el entorno de amistades con las que se relacionaba cuando residía en Cantabria, y dentro de ese entorno, las identidades de otros dos hombres que coincidían con las descripciones aportadas por la víctima.
Más ramas
La investigación sobre los anteriores localizó a uno de ellos en Martos (Jaén), localidad hasta la que se desplazaron los guardias de Cantabria del equipo de Delitos contra las Personas. Con el apoyo de los compañeros de Martos, el 11 de marzo detuvieron a uno de los presuntos autores de la agresión sexual, de 26 años, que fue trasladado a Cantabria para pasar a disposición judicial.
El mismo 11 de marzo, en la prisión de Villahierro, los guardias de Cantabria detuvieron a otro de los presuntos autores, de 29 años, que permanece en la cárcel de Mansilla de las Mulas y a disposición judicial. Por lo que respecta al detenido en Martos, tras ser puesto a disposición judicial en Santander el 12 de marzo, se decretó su ingreso en prisión.
La ‘Operación Fez’ se desarrollaba desde las fiestas del Carmen de la localidad cántabra, a manos de la Guardia Civil. Según explicó en su día El Diario Montañés , todo ocurrió sobre las 02.00 de la madrugada del 16 de julio de 2015. La menor, vecina de Santander, se había desplazado hasta Camargo para participar en la fiesta, donde se encontró con un amigo, con el que mantuvo relaciones sexuales «consentidas», según declaró ella misma al ir a denunciar los hechos al día siguiente, acompañada por su padre, en la Guardia Civil de Camargo. Allí contó que instantes después, otros tres jóvenes, presumiblemente conocidos del anterior, se habrían acercado al lugar donde se encontraban, cerca del cementerio de Muriedas, y la habrían forzado sexualmente. La violaron a solo unos 500 metros de la zona en la que se congregaban cientos de personas en la verbena, en la campa de la fiesta, y próximo también a la carretera N-623 por la que llegaban los peregrinos. Pero era un espacio apartado y sin edificaciones próximas. Nadie vio nada.
Durante estos casi seis años los guardias civiles han continuado con las pesquisas. «Nunca lo hemos dejado en el olvido a pesar del tiempo transcurrido», contó ayer el coronel jefe de la Guardia Civil en Cantabria, Luis del Castillo, que detalló en una rueda de prensa ofrecida en Santander que todo pudo dar un giro hace unos dos meses, cuando surgió la nueva línea de investigación con rama leonesa.