El día que Lola se hizo emprendedora

Lola es ecuatoriana. Llegó a España hace once años como interna, cuidando a los hijos e hijos de una española.Todos los meses manda dinero a casa. Desde el locutorio del distrito de Tetuán, en Madrid, hacía de «madre trasnacional».

Lola nunca dijo, ni era consciente, de que decidió venirse a España el día que su marido la pegó después de mucho tiempo de insultos. Lo descubrió en una terapia en el centro Pachamama de la Comunidad de Madrid, que gestiona la asociación Candelita. Su directora, Nuria de la Fuente, expuso ayer su caso en la mesa redonda sobre recursos para mujeres inmigrantes víctimas de violencia.

Lola es el paradigma de muchas mujeres latinoamericanas que han superado la violencia años después de sufrirla, lejos de su casa, y ha cambiado su oficio de interna por un pequeño negocio propio. Autoestima, confianza, refuerzo de amistades y las habilidades emprendedoras de las mujeres latinoamericanas en general fueron las claves.

Dotar de capacidades a las mujeres para salir de la violencia es el objetivo de la formación de 40 agentes para el empoderamiento del Ayuntamiento de Bilbao, explicó Begoña Cortázar. El Consejo de las Mujeres detectó la necesidad pues «hay dificultades para que algunas mujeres inmigrantes lleguen a nuestros recursos».

En Asturias, abundó Dolores Ferri, Accem y el Principado tienen un convenio desde el 2009 para acompañar a mujeres inmigrantes víctimas de violencia que están en los centros de acogida de la red asistencial.

Pero la violencia no es sólo física, advirtió la psicóloga Yolanda Mateos. «Hay una violencia económica muy extendida y las mujeres traficadas son maltratadas en todos los sentidos».