Diario de León

División entre patronales y sindicatos por el discurso «tramposo» de Garamendi

Sólo la Fele defiende las ideas expresadas por el presidente de la CEOE en la amplia entrevista publicada ayer por Diario de León

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«Poca empatía con los trabajadores que lo están pasando mal». «Políticas de futuro acertadas y consecuentes». «Hablar de digitalización en una provincia con el comercio masacrado...», «Cualquier día pedirá una ley para garantizar los beneficios de las empresas». Las reacciones en torno al discurso ampliamente esbozado por el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, en la entrevista publicada ayer por este periódico suscitó una ola de críticas por parte de los sindicatos con mayor representación y un espaldarazo de sus socios en León, la patronal Fele, mientras que desde el Círculo Empresarial Leonés dicen no sentirse representados por esta confederación.

«Hay un acuerdo con todos los planteamientos que hace porque. Fele es CEOE. La interpretación, aunque debatida, es compartida», avanza el presidente de la Federación Leonesa de Empresarios (Fele), Javier Cepedano. De lo que Garamendi dice del equipo de Sánchez —«Diferimos profundamente del análisis del Gobierno porque pensamos que hay que ayudar al que está pasándolo mal»—, Cepedano sostiene que Sánchez «debió haber tomado decisiones y haber escuchado más; hay actitudes y posicionamientos fácilmente compartidos si se hacen de la mano».

También respalda a su presidente en la caótica negociación de los Erte: «No tiene lógica que se tomen soluciones con 24 horas de antelación cuando se puede hablar un mes antes y tienes al mundo empresarial en situación precaria». Sobre el Corredor Atlántico, Cepedano sostiene que «hay una dejadez total por parte del Gobierno, que está mirando más al Mediterráneo», algo que no comparte al cien por cien Garamendi. En lo que sí coincide es en la necesidad de hacer «cambios estructurales» con los fondos europeos. Respecto a la reforma laboral, para ambos «es una barbaridad modificarla», dijo Cepedano. En cuanto a la cooperación entre Junta y Diputación: «Deben hacerlo. No pueden estar al margen de la creación de riqueza. Tiene que haber inversión pública para que haya inversión industrial. Esa colaboración es fundamental».

Por su parte, el CEL, que no está integrado en la CEOE ni se siente representado por esta confederación, comparte como empresarios muchas de las afirmaciones y opiniones de Antonio Garamendi. Por ejemplo, coinciden en que los políticos no han escuchado ni escuchan a los empresarios. «Nos gobierna gente que no entiende la realidad de la empresa y mucho menos la realidad de las micropymes y autónomos que tenemos en una provincia como León, de las más envejecidas de España, castigada por crisis y transiciones que han sido de todo menos justas y donde la cohesión territorial, a la que alude Garamendi, es una entelequia porque comprobamos diariamente los desequilibrios de todo tipo que existen en esta comunidad. No sabemos si la CEOE ha hecho algo para remediarlo», ironizan.

Están también de acuerdo en que los Fondos Nueva Generación de la UE tienen que servir para transformar el sistema productivo de la provincia y que las administraciones deben trabajar coordinadamente, sin solaparse, confiando en la iniciativa privada para sacar adelante proyectos que generen riqueza sostenible y empleo estable».

Los sindicatos son bastante más mordaces en sus apreciaciones. Enrique Reguero, secretario general de UGT, confiesa que están acostumbrados a que el mundo empresarial reciba todo tipo de ayudas. «Y ahora hay que ayudarles si no pueden devolver el dinero. Con esas características es más fácil ser empresario», asevera. Y añade que «para crear riqueza es importante subir salarios y no lo están haciendo».

Sostiene Reguero que cuando Garamendi habla de cohesión y de que el pequeño comercio se digitalice «no se da cuenta de que León es una provincia masacrada». Y afirma que para «hacer políticas de cohesión territorial hay que apostar por la descentralización».

El secretario general de CC OO en León, Xosepe Vega, tras leer la entrevista a Garamendi, cada día está más convencido de que el problema del país «es la clase empresarial», «que les garanticen beneficios sea como sea, sin riesgo. No me extrañaría que propusieran una ley de beneficios para las empresas y que la sociedad las pague a la fuerza». «No se puede tener menos empatía —lamenta—. Aquí quien lo pasa mal son los trabajadores. Afirmar que sólo hay un 25% de temporalidad y esconder que es el doble de Europa...». «Cuando tenemos un problema económico —agrega—, el empleo temporal se destruye, es un gran problema de país. Se destruye tejido económico precisamente por eso. Eso es con lo que hay que acabar. Porque cuando llegan las crisis debemos bloquear actitudes avariciosas». «Para eso hay que hacer una reforma laboral», defiende. En su opinión, si en algo hay que prestar atención es a los sectores más afectados. «Si queremos salir adelante hay que apoyar a estos sectores, indepenietemte de que deban reconvertirse. En León la hostelería está sobredimensionada, pero porque no hay otra alternativa. Hay que tener una política clara, no de cerrar locales, sino buscar que esos establecimientos sean más competitivos de lo que son». Pero tampoco pueden serlo cuando desde las patronales no se favorece la competencia leal: los convenios se intentan incumplir de manera generalizada, opina Vega. «Hay un pensamiento tramposo y egoísta».

En palabras del presidente provincial del Csif en León, Hipólito Riesco, Garamendi se muestra «demasiado optimista, excesivamente confiado en que los responsables políticos luchen por el futuro de León y de las zonas que fueron mineras y muy alejado de la realidad laboral de los trabajadores y trabajadoras de nuestra provincia».

«Sabemos de sobra quiénes defienden la reforma laboral de 2012, y sabemos muy bien cuál era su finalidad y para qué ha servido, pero la clase trabajadora ya no puede poner más de su parte para salvar al país una vez más de otra crisis económica». Para él, los fondos europeos han de llegar a las empresas, pero si no redundan en beneficio de toda la sociedad, «cada día habrá más ciudadanos que lo estén pasando mal: no es de recibo que en nuestra sociedad del bienestar haya tanto trabajador pobre, tanta economía sumergida y tanto fraude fiscal». «No, nosotros no somos tan optimistas: sabemos que lo que tenemos es fruto del esfuerzo, del trabajo y del tesón de nuestras gentes, de la lucha diaria por la supervivencia y por el continuo interés en superarnos, siempre lejos —y a veces a su pesar— de los centros de poder. Para que en el reparto de los fondos que vendrán de Europa León tenga el lugar que le debe corresponder hará falta un cambio importante tanto en las políticas del Estado como en las de la comunidad autónoma. Y, ojo, si después de ‘esta lluvia de millones’ vienen épocas en que haya ‘que mantener una línea de rigor presupuestario’, entonces sí, los recortes serán para todos por igual, luego quien no haya recibido primero sufrirá doblemente las consecuencias finales».

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