La eficiencia energética borrará del mercado del alquiler a gran parte de los pisos leoneses

El desfase de la oferta de viviendas en alquiler que están en el mercado leonés no se aleja sólo de la demanda creciente y más rentable, sino que afronta además retos que harán que a corto plazo muchos de los pisos no puedan ser contratados. Y conformen tal vez una bolsa considerada como infravivienda que puede convertirse en un serio problema urbano.

«Las exigencias de calidad y sobre todo de eficiencia energética de las viviendas vienen marcadas por la normativa europea, que es aplicación a corto plazo. Eso va a convertirse en un serio problema para muchos de los pisos que actualmente están en el mercado de alquiler leonés».

Herencias, pisos antiguos, ausencia de reformas, desinterés por mejorar las condiciones de las viviendas,... «Muchos de estos inmuebles tienen una calificación energética G, y la mayoría entre F y G. Pero en breve estará prohibido no sólo su alquiler, sino también su venta. Y eso sacará del mercado a buena parte de los pisos que actualmente se ofertan».

Con un problema añadido. «Quedarán en el mercado las casas más caras, pero el problema de la vivienda social está aún sin resolver. ¿Qué va a pasar con ello?».

Desde la Cámara de la Propiedad Urbana de León su gerente, Miguel Ángel Sánchez Fraile, llama la atención sobre una falta de política de alquileres sociales real. «En la práctica no se construyen. Y si no se afronta el problema desde una colaboración público-privada esto no tiene solución».

El reto «aparece en todos los programas electorales de todos los partidos desde hace años, pero no se lleva a la práctica. La vivienda social está en realidad en manos de particulares, pero son en general pisos que están en malas condiciones, por eso se arriendan baratos».

Si no se plantea una solución eficaz, «al final quedarán las viviendas que exigen rentas más altas. Y la limitación de precios puede dar lugar también a un mercado negro. Estas medidas no tienen recorrido».