Diario de León

La lucha por las infraestructuras

«El AVE está volando de León»

A la par de los trenes AVE que no llegan, se entrelazan trayectos de media distancia que discurren fuera de hora, transbordos en autocar por falta de personal para mover los trenes, enlaces impuntuales, convoyes varados en las vías de la conexión norte atrapados por la falta de mantenimiento

León

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Desde que la compañía ferroviaria negó, el 1 de noviembre, que planeara cubrir con Alvias los trayectos del AVE entre León y Madrid, más de una veintena de ramas del s 130 ha cubierto servicios reservados para el 112. Los últimos, ayer, con servicios rebajados en prestaciones y eficiencia, conforme a los titulos de billetes adquiridos por los usuarios. Llegó un Alvia desde Chamartín en el enlace matinal; y un Alvia cubrió el enlace vespertino. La idea de la compañía ferroviaria de anunciar el cambiazo no atenúa los efectos; hay pasajeros sin asiento, más papel en ventanilla de lo que soportan los convoyes; trenes de menor entidad.

La involución del servicio es un fenómeno de conversación extendido; entre los usuarios que hacen cola en el vestíbulo de la estación de Adif, en los círculos políticos, en los debates que valoran el alcance que tiene para la ciudad verse relegada así en el orden de preferencias de la empresa pública con respecto a otros lugares de España. Después de dos meses, los responsables de la ferroviaria achacaron el cambiazo al proceso de revisión que deben pasar los trenes; un 112 en el taller se sustituye por un Alvia, porque no hay otro AVE. Al menos en la línea León-Madrid.

Aunque en la calle, la medida se entiende con otro prisma. Tal y como le explicó personal de Renfe a un pasajero que pidió explicaciones en uno de los trenes al que se subió con idea de que era AVE y resultó Alvia: «El AVE está volando de León».

Los máximos responsables de Renfe, que se entrevistaron esta misma semana con los dirigentes del PSOE de León, parlamentarios nacionales, y el presidente de la Diputación, fijaron en el próximo martes, 14 de enero, el final de esta espiral que ha dejado mermada la categoría de la línea de alta velocidad entre León y Madrid. Pero si no estuviera ya laminada con una conexión de vía única por más de cien kilómetros, o una frecuencia de conexiones que agravia de forma notable al enclave leonés con otros del populoso Levante o el floreciente sur peninsular.

El cambiazo, el gato por liebre, en el AVE ha servido para que las carencias del sector ferroviario leonés se recompongan entre los recursos de actualidad. A la par de los trenes AVE que no llegan, se entrelazan trayectos de media distancia que discurren fuera de hora, transbordos en autocar por falta de personal para mover los trenes, enlaces impuntuales, convoyes varados en las vías de la conexión norte atrapados por la falta de mantenimiento.

Junto con la línea y las conexiones convencionales, emerge el ferrocarril de ancho métrico, protagonista desde hace meses de un cúmulo de incidencias que no ve el final; de servicios suspendidos, problemas estructurales para facilitar el acceso de viajeros, y la polémica cronificada ya en torno al acceso de los trenes a la estación de Matallana, en el centro de León.

El relevo del AVE ha reabierto las heridas del déficit ferroviario que parece la provincia leonesa y ha arengado la respuesta; en la misma esquina de las críticas coincidieron políticos y asociaciones vecinales, que se han sumado a la marea que cuestiona la atención del servicio público de transporte de viajeros en el territorio leonés. Se incluye en estos términos, las carencia de algunas estructuras esenciales para dar fluidez y cohesión a las comunicaciones y a la población a través de la línea ferroviaria. La deficiencias en la vía entre León y Ponferrada emergieron del olvido a rebufo del vuelo que el AVE levantó a lo largo de las últimas semanas de la estación de León.

Renfe insistió el pasado viernes con que el martes finalizará este desajuste; y en que la alta velocidad se mantendrá en las conexiones de León en los términos fijados establecidos por el contrato.

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