Diario de León

LUIS FLÓREZ ■ PÁRROCO de la anunciata y ex delegado diocesano de cáritas

El mejor amigo de los pobres

Luis Flórez en su última etapa como delegado diocesano de Cáritas. RAMIRO

Luis Flórez en su última etapa como delegado diocesano de Cáritas. RAMIRO

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León

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ANA GAITERO | LEÓN

Hacía mucho tiempo que no hablaba con Luis. Ayer, cuando leí que el párroco de la Anunciata había sido atropellado con su bici en San Francisco sentí una punzada. Hacía mucho tiempo que no hablaba con Luis pero me llegaban noticias suyas. La última persona en hablarme de este gigante de la bondad, humano hasta los tuétanos, fue Celine Domingues, una mujer de origen brasileño con una grave discapacidad ocasionada por su intento de quitarse la vida. Me pidió encarecidamente que nombrara a Luis en el artículo: «Me ha ayudado en todos los sentidos», afirmó. No lo dudé un segundo.

Conocí a Luis Flórez a principios de los años 90 cuando era delegado diocesano de Cáritas, labor que desempeñó entre 1989 y 2004. Durante aquellos tuve ocasión de descubrir a la persona detrás del cargo que ostentaba. Un hombre paciente, siempre comprensivo y dispuesto a escuchar. Nunca se le borraba la sonrisa de los labios, ni la viveza de los ojos.

En aquellos tiempos, recuerdo su entrega a las gentes más desfavorecidas de la ciudad. A las personas a las que nadie le dedicaba ni una mirada. Luis Flórez, junto con Vicente, Vicente Cáritas, como le conoce todo el mundo se dio cuenta de que la gente sin techo necesitaba algo más que el albergue municipal. Abrieron las puertas de la calle Plegarias a estas personas con un poco de calor y café. Logró aunar fuerzas con otras congregaciones, desde Capuchinos, Maristas, Salesianos y voluntariado civil, hasta que se hizo cargo la Sociedad San Vicente de Paúl. Durante el tiempo que llevó el timón de Cáritas en la Diócesis de León se puso en marcha la casa de acogida para mujeres víctimas de malos tratos y en exclusión y el programa de permisos penitenciarios, que suponía hacerse cargo de la tutela de presos que no tenían referencias familiares en la provincia para que tuvieran la opción de disfrutar de un permiso.

Luis Flórez fue una voz combativa a favor de las personas más desfavorecidas desde León y desde el consejo consultivo de Cáritas Española. «A España económica le va bien, a los pobres muy mal», decía en 2004, cuando la crisis aún no se asomaba en el horizonte.

Cuando el obispo decidió da el cambio en Cáritas, Luis Flórez se fue sin ruido a la parroquia de Santa Ana y más tarde a la Anunciata, donde seguía desarrollando la labor pastoral y social con entusiasmo. Siempre cercano a la gente y en particular a los pobres.

Hacía mucho tiempo que no hablaba con Luis. Pero de vez en cuando le veía con la bici por la ciudad y era como saber de él. Ver que seguía con esa vitalidad me arrancaba una sonrisa. Ayer murió víctima de un atropello. Como un ciclista más. Tenía 77 años y creo que dijo adiós con la sonrisa de siempre.

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