Diario de León

de frente y de perfil

El padrino y el padre

Pano, el hombre que sobrevivió seis mandatos en la Diputación, avaló a Triana Martínez en el PP y firmó la convocatoria de la polémica oposición de los 40 auxiliares en la que entró el hijo de Ángel Lescún.

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ana gaitero | león

O ellos, o yo. Cipriano Elías Martínez, Pano, aprendió la lección y supo cambiar de bando para ser diputado provincial durante seis mandatos. Para mantenerse en el cargo capitaneó las revueltas de los barones comarcales del PP a Pérez Villar (1991), se enfrentó a José Antonio Díez (2002) y sentenció a Javier García Prieto en torno a una caldereta de cordero en Riello (2007). Acabó su vida política como enemigo de la presidenta asesinada en mayo de 2014.

Ayer se presentó ante el jurado popular del asesinato de Isabel Carrasco como vicepresidente segundo de la Diputación en la época de la acusada Triana Martínez. Pudo pasar por un simple empleado jubilado de banca. Un vecino de Riello al que llaman a declarar a la Audiencia Provincial por un asunto que parecía no tener que ver con él. No tenía fresca la memoria.

Uno de los ‘padrinos’ de Triana Martínez en el PP —el otro fue Javier García Prieto— admitió lo que había declarado Rosa Larráinzar dos días antes: que la jefa de Cooperación le pidió una persona entendida y conoció a una chica en Astorga que «tenía buen aspecto. El resto no recuerdo como fue».

Uno de los hombres que más poder ha detentado en la provincia se presentó ayer por la Audiencia Provincial como si nunca hubiera mandado. Pano, histórico alcalde de Riello entre 1979 y 2011, diputado provincial durante 24 años, vicepresidente segundo durante ocho y presidente de Cuatro Valles desde 1995 a 2011 se desentendió de su ahijada política. No supo explicar al tribunal cómo entró en la Diputación Triana Martínez en abril de 2007. Sólo admitió que firmó su ficha de afiliada al PP junto con Javier García Prieto. Y que, efectivamente, la ‘teleco’ que fichó en Astorga, por mediación del dueño del hotel Gaudí, trabajaba en el Palacio de los Guzmanes. «Echaba una mano en Diputación», llegó a decir para después reconocer que tuvo más relación con ella por la TDT y los temas del salón de plenos.

A Pano no le gustó que le llamaran el padrino de Triana, como se ha escuchado repetidamente a lo largo de las nueve sesiones de la vista oral. «¿Apadrinar? Eso está mal puesto. Las fichas del PP piden dos avales y he avalado a muchísimas personas», aclaró a preguntas del abogado de la acusación popular, Ricardo Gavilanes, que representa al Partido Popular.

Si hay alguien que conoce el servicio de Cooperación y el SAM, de los que dependía en la práctica y funcionalmente Triana, es Pano. Se hizo cargo de estas competencias en 1995, con José Antonio Díez como presidente de la institución y estuvo en los frentes más polémicos y duros de la institución, como la construcción del CTR (y la presidencia de Gersul) en la etapa en que asumió las responsabilidades de Hacienda y Medio Ambiente, entre 2003 y 2007, con Javier García-Prieto.

Cipriano Elías Martínez se subió al carro de la política en 1979 y le apearon en 2011, aunque él dice que ya había decidido que «sería mi último mandato». Con 34 años, fue el primer alcalde democrático de Riello en 1979, por la UCD, y entró a formar parte de la primera corporación provincial, como uno de los 27 diputados que la integraban entonces. En 1988 entra en la ejecutiva de Alianza Popular como tesorero y andando el tiempo se convierte en el señor del PP desde Rioseco de Tapia a Babia, hasta que en 2010 es desbancado por los alcaldes afines a Isabel Carrasco.

Ayer dijo que no se daba de tortas con ella ni tampoco besos. Lo cierto es que Pano acabó mal o regular con todos los presidentes del PP con los que estuvo en la Diputación. Pero les sobrevivió. La presidencia mudaba y Pano seguía allí. Hasta que llegó Carrasco.

‘Pano’ nunca ha tenido pelos en la lengua. Cuando empezó de alcalde un periodista le preguntó por su pueblo y contestó: «Problemas, aquí solo hay problemas». Consiguió que la comisión de Gobierno de la Diputación se reuniera en Riello para proyectar la obra de la carretera con Astorga, por la que luego se movería con tanta asiduidad para parar los conflictos del CTR y avalar a Triana.

Ayer fue parco en palabras. «Temas de personal nunca llevé», aseguró. De oposiciones sí, y unas muy polémicas durante el primer mandato de Isabel Carrasco: «Fue anecdótico que yo firmara aquella convocatoria, todo el mundo sabe quién toma las decisiones», recoge Diario de León el 2 de abril de 2011 a propósito del fallo del Juzgado Contencioso Administrativo número 2 de León que anuló las oposiciones de 40 plazas de auxiliares administrativos. Las filtraciones de las preguntas de los exámenes a algunos de los opositores, familiares de políticos y funcionarios, fueron la causa.

Uno de los ‘padres’ afectados, Ángel Lescún pasó ayer por la sala de vistas detrás de Pano como jefe de Recursos Humanos de la Diputación. Su misión, lo que pretendía el defensor de Triana y Montserrat, era aclarar si a Triana se le encomendó hacer el temario de la oposición a la que se presentó (y sacó un 2,2) y el asunto del recurso de lesividad por el dinero que la Diputación pagó de más a Triana Martínez.

El funcionario. que entró en la casa desde el Hospital Princesa Sofía tras la integración del centro sanitario en el Insalud en la época de Pérez Ruiz (PSOE), se dio por aludido cuando el abogado José Ramón García le preguntó si no le extrañó que en la oposición de Triana sólo aprobara un candidato el primer examen mientras que en otras «40 personas sacaron un 10». En ese momento adelantó que uno de ellos era su hijo, para matizar que en realidad consiguió la plaza después de «un proceso selectivo, un recurso contencioso administrativo y una querella».

Lescún pagó estas oposiciones con salud, sufrió una baja sobre cuyas causas el magistrado le excusó hablar ayer. y finalmente reconoció que a ningún funcionario al que se le haya hecho la liquidación se le habían reclamado antes cantidades.

Triana se ha quedado huérfana y la Diputación no sale bien parada. La institución también perdió el pleito de los 40 auxiliares, como los de Triana Martínez, y los opositores ocupan sus puestos y cobran el sueldo puntualmente.

A estas alturas de la película, como diría Rosa Larráinzar, Triana se hacía cada vez más pequeña en su asiento, escuchando a otra amiga con la que tomaba café, y también aspirante a una plaza en aquella época: «No la vi demacrada, estaría nerviosa como cualquiera que prepara una oposición», declaró la hoy arquitecta Laura Delgado Casado. Otra que casi no conocía a Triana.

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