Diario de León

Empresas

La empresa Cefiro adquiere la deuda de 2,8 millones de la Clínica Altollano

El centro sanitario está a punto de cerrar sus puertas tras 21 años de actividad y 160.000 pacientes

Instalaciones de la Clínica Altollano, que abrió sus puertas en 1998. RAMIRO

Instalaciones de la Clínica Altollano, que abrió sus puertas en 1998. RAMIRO

León

Creado:

Actualizado:

Una empresa leonesa ha adquirido la deuda de 2,8 millones que mantenían los propietarios de la Clínica Altollano con el Banco Sabadell. El centro sanitario declaró su insolvencia el pasado mes de mayo, entró en concurso de acreedores y, tras avanzar el proceso, está a un paso de su cierre definitivo tras 21 años de actividad ininterrumpida.

La puntilla llegó a comienzos de diciembre, tras frustrarse la subasta de su unidad de negocio que quedó desierta por falta de ofertas, lo que propició un ERE de extinción para sus 97 trabajadores que culminará en enero, según las previsiones.

La compra de la deuda de Altollano da, no obstante, esperanzas a la llegada de alguna oportunidad de negocio para el edificio ubicado en la localidad de Navatejera, que abrió sus puertas en 1998 y ha tratado a más de 160.000 pacientes. La empresa que se ha hecho con la deuda bancaria, Electricidad Cefiro SL (hoy denominada Bramasole Toscana), es muy conocida en el área metropolitana leonesa y ha apostado siempre por la provincia. La liquidación de Altollano comenzó hace seis meses, cuando el Juzgado de lo Mercantil de León notificó un Auto que declaraba el concurso voluntario de acreedores de este centro médico, a los que debía 5,61 millones, mientras las pérdidas alcanzaban los 1,3 millones de euros y los bienes y derechos se valoraron en 5,38 millones.

La liquidación empezó en mayo por insolvencia y la plantilla está sometida a un expediente de extinción

La disolución afectaba entonces a 115 trabajadores directos, 65 médicos colaboradores y a otra veintena de indirectos relacionados con la cafetería y la lavandería. Una cifra que se rebajó en el ERE por la marcha de varios empleados desde mayo.

La gerente, Beatriz Cubillas, considera que las causas del cierre pasan «por el progresivo descenso de las tarifas concertadas y de pacientes derivados del Sacyl». Insiste en que la situación económica de la clínica se vio también directamente afectada por la firma a final de 2018 de un convenio especial en León entre la Gerencia Regional de Salud y la orden religiosa que gestiona San Juan de Dios «que pone fin, por exclusión, a la colaboración de Altollano con la sanidad pública, su principal fuente de actividad desde sus inicios». Las consultas han seguido funcionando estos meses, pero la ocupación de las 110 camas ha ido cayendo. Cubillas recuerda que la colaboración privada es una herramienta útil para sostener el sistema público. Lamenta que siendo «uno de los centros sanitarios de referencia a nivel nacional», se vean abocados a liquidar por falta de conciertos.

tracking