Diario de León

Una capa de cenizas en la ciudad

¿Es peligroso respirar el humo que cubre León?

Sanidad recomienda acudir al médico si las partículas finas de hollín llegan al pecho o se siente mareo; ante picores y lagrimeo de ojos o tos de garganta leve, tranquilidad, es la forma en que lucha el cuerpo contra elementos ajenos

León se acostó del lunes al martes con cenizas y se levantó ayer con una capa fantasmagórica de humo. Al fondo, el Hospital. RAMIRO

León se acostó del lunes al martes con cenizas y se levantó ayer con una capa fantasmagórica de humo. Al fondo, el Hospital. RAMIRO

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A priori, el penetrante olor a humo que se aprecia desde el lunes en León no es peligroso para la salud, pero Sanidad recomienda escuchar las señales de alarma del propio cuerpo, que se defiende de las partículas que provocan los fuegos. La distancia del foco del incendio es la clave, según explica la médico de familia Elena Carriedo, y las llamas, de momento y por fortuna, se sitúan muy lejos de la ciudad.

El fuego produce calor, vapor de agua y dos tipos de partículas: finas y de mayor tamaño. Las grandes pueden provocar picor de ojos, irritación y escozor. En la nariz, moqueo y en la garganta, carraspera y tos. Las pequeñas son más conflictivas porque pueden colarse hasta los pulmones y causar síntomas más serios, como problemas respiratorios y mareos. Sobre todo, las personas con asma, epoc o pluripatologías pueden verse más afectados.

Carriedo aclara que la afectación depende de la calidad del aire, del huésped, del tiempo de exposición y de la distancia del incendio, porque el fuego cercano transporta también sustancias químicas y genera un efecto de combustión que daña a las personas y exige evacuarlas a un Hospital.

«En León hoy, unos ojos irritados y que lagrimean no son causa de alarma sanitaria. Tu cuerpo te avisa de que has entrado en contacto con algo contra lo que lucha. Así que esa persona, que puede ser más sensible al aire con humo, puede optar por no salir en exceso a la calle, desde luego hay que evitar hacer deporte porque se inhala con mayor fuerza o que los niños y mayores permanezcan toda la tarde en un parque», señala.

Mejor resguardarse
La sensibilidad de cada persona al humo que llega de un fuego varía, pero es bueno evitar la exposición

La médico de familia recomienda también evitar en lo posible que ese aire con humo entre a las casas, pero como en la mayoría ya lo ha hecho, es mejor limpiar el polvillo que deja con fregonas o paños humedecidos para que arrastren ese hollín.

«Las mascarillas de papel no evitan inhalar las partículas del humo, las F-95 mejor, pero si el humo es excesivo, mejor ponerse un pañuelo mojado sobre boca y nariz», indica. Si los síntomas bajan al pecho, «entonces hay que acudir directamente al médico». La facultativa admite que «no se puede generalizar para todos, porque cada persona tiene una tolerancia», pero como línea general sugiere exponerse poco a ese aire y guarecerse en casa. «El cuerpo tiene mecanismos para eliminar las partículas grandes que trae el humo, y si se respira uno o dos días, no pasa nada, otra cosa es que se prolongue una semana, porque la calidad del aire sería mala y las autoridades sanitarias tendrían que informarnos y poner en marcha los protocolos, que pueden ser de evacuación».

En resumen, mejor resguardarse y no realizar esfuerzos. Ante síntomas irritativos de ojos, nariz y garganta, lavarse y descansar. Y si se complican o bajan al pecho, acudir rápido al médico.

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