Diario de León

EMBESTIDA EN UNA PISTA AZUL

Un esquiador envía a la UVI a una mujer al arrollarla de forma brutal en San Isidro

El marido de la herida asegura que «fue un atropello» y otros testigos hablan de un «kamikaze»

La colisión se produjo el pasado viernes por encima de la cinta de debutantes. MARCIANO PÉREZ

La colisión se produjo el pasado viernes por encima de la cinta de debutantes. MARCIANO PÉREZ

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P. INFIESTA | LEÓN
León

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Era su sexto día aprendiendo a esquiar. Todo acompañaba, sol, poco público (1.320 personas) y buena calidad de la nieve. Su marido, un experimentado esquiador, ejercía de profesor. Al mediodía, se encontraban prácticamente parados en Cebolledo, por encima de la cinta de debutantes, cuando «como un rayo», un usuario, «que bajaba a toda velocidad, se la llevó por delante. Fue un atropello», asegura él, que alertó rápidamente al 112 y mandó su ubicación al servicio de emergencias.

El fortísimo impacto, a más de 60 kilómetros por hora, según calculan los monitores de la estación, dejó inconscientes a la mujer, de 34 años, y al hombre que la embistió, de 40, además de causarla heridas de extrema gravedad. De hecho, el arrollamiento la originó una doble rotura de mandíbula, la rompió dos vértebras cervicales, la clavícula, el esternón, cuatro costillas con afección de la pleura y un sangrado en el hígado.

«Acudí a asistirla y la encontré inconsciente, con los ojos abiertos y sangrando por la boca. Fue un momento muy difícil», reconoce su esposo. Otros testigos presenciales también califican el golpe de «brutal» y al esquiador del accidente, como «un kamikaze muy conocido».

La mujer fue asistida en pista por el médico de la estación y trasladada en helicóptero, primero hasta el Hospital de León, y de allí al Río Hortega de Valladolid, donde permanece en la UVI, en «estado grave, pero estable», tras ser operada por el servicio maxilofacial.

El otro herido, que esquía a diario en la estación desde hace años, también fue trasladado al Complejo Asistencial Universitario de León en dos ambulancias, una hasta Boñar y otra de Boñar a León. Sus amigos explicaron a este periódico que «estuvo inconsciente y vomitando, por lo que quedó en observación en el Hospital. Cuando le dieron el alta no se acordaba de nada, ni era consciente de qué ocurrió, no lo sabe».

La Guardia Civil de Puebla de Lillo ha abierto un atestado e investiga el caso. También una monitora, que ha difundido ampliamente su versión en la red, planea denunciar los hechos, al entender que es necesario tomar medidas.

PIDEN SEGURIDAD

«En San Isidro no hay vigilancia, se limitan a poner vallas, pero ni se controla si entras o sales de ellas. Los fines de semana, suele subir una pareja de la Guardia Civil y otra del Greim de Sabero, si no tienen otras actuaciones, pero a diario, no están», indica un usuario fiel a la estación de esquí. La familia de la herida también opina que debería «reforzarse la seguridad en las pistas, como ocurre en las estaciones europeas, donde policías con esquíes te retiran el forfait y te invitan a irte si no cumples con las normas que todos conocemos de convivencia y respeto, vas demasiado fuerte o haciendo gamberradas». Lo cierto es que no está legislada la velocidad ni otros parámetros, aunque existen unas normas FIS, de la Federación Internacional de Skí, que sirven de recomendación. El marido de la herida se pregunta «cómo es posible que en la zona más amplia de la estación, con pocos aficionados, un esquiador experimentado impacte de lleno contra ella, que estaba parada, en una zona de debutantes».

La Diputación señala que el accidente se produjo en una «pista azul». Varios monitores aseguran que el hombre que la arrolló «ya había sido advertido», pero no existe un acta formal o una denuncia por parte de la estación hacia él. En los foros destacan la afición que existe entre algunos aficionados de utilizar a otros esquiadores como palos de competición, que pasan rozando.

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