Las familias apoyan que el alumno pase de curso sin límite de suspensos

La reforma de la ministra Celaá que permitirá a los alumnos titular la ESO y el Bachillerato con suspensos encuentra posturas enfrentadas entre los padres y los docentes de León.

«La decisión de titulación se adoptará garantizando la adquisición de los objetivos generales de la etapa de manera que permitan al alumno o alumna continuar su itinerario académico y, en consecuencia, no quedará supeditada a la no existencia de materias sin superar para el acceso a ambas titulaciones», señala el decreto que autoriza a las autonomías y a los centros educativos a modificar este curso «de manera excepcional» los criterios de evaluación de todos los niveles de enseñanza de tal modo que los alumnos puedan pasar de curso o titular en ESO y Bachillerato sin que lo impida el tener materias suspensas o el número de ellas.

Todo ello, teniendo en cuenta que la pandemia obliga a muchos alumnos a compaginar docencia presencial con telemática, que causa el cierre temporal de aulas y colegios, y que exige comprimir las enseñanzas a lo esencial. Las modificaciones legales del real decreto estarán vigentes hasta el final del curso en que «dejen de concurrir las circunstancias extraordinarias», sea este u otro posterior.

«El tema es muy complejo, pero si el equipo valora que el alumno tiene los conocimientos básicos para que titule o pase de curso, a muchos estudiantes les puedes abrir las puertas a que continúen su etapa académica, darles confianza», señala el presidente de la federación de asociaciones de padres y madres Felampa, Arsenio Martínez, quien precisa que, además, es necesario tener en cuenta muchas variables a la hora de tomar cada decisión, de forma individual.

Los docentes lo ven de forma diferente. Antonio García Carpintero, de Cisf León, precisa que este cambio «desvirtúa la educación» porque «es un aprobado general encubierto y así, el alumno, considera que si no hace falta hacerlo, no lo hará y se desmotivará en sus estudios porque la asignatura pierde su valor». De hecho, el sindicato ya ha acudido al Defensor del Pueblo para que recurra ante el Tribunal Constitucional la norma educativa. Mientras, desde Stele, Javier Sarmiento, critica duramente el hecho de que la ministra Celaá «deje en manos de las autonomías esta decisión y no unifique un criterio, así habrá 17 formas de evaluar. Esto es una locura». En relación al hecho de que los alumnos pasen de curso, Sarmiento considera que «no es positivo», «no es lo más adecuado», aunque también tiene en cuenta que siempre «hay circunstancias y matices».

La ministra de Educación aseguró en el Congreo que es «falso» que el decreto, que salió adelante con el apoyo de PSOE, Podemos y de sus socios nacionalistas, derogue los límites de suspensos que permiten ahora pasar o no de curso o titularse. Celaá dijo que la reforma lo que hace es autorizar un cambio en los criterios de evaluación para que la promoción o la titulación dependa del logro global por el alumno de los conocimientos y objetivos básicos que debe adquirir en el curso o la etapa —no del trabajo concreto en cada materia—, y para que la decisión sea «colegiada»: no la suma del criterio aislado de cada profesor sino el fruto de la valoración conjunta e integrada de todos los docentes del alumno.

Los principales partidos de la oposición, PP, Vox y Ciudadanos, exigieron a Celaá un rectificación completa y reclamaron que su ministerio asuma sus competencias exclusivas en materia de regulación de títulos; que fije de forma concreta, y para todo el territorio nacional, el número de suspensos con que se puede promocionar en cada nivel educativo y con los que se pueden obtener los títulos. Cinco comunidades, entre ellas Castilla y León, ya ha adelantado que ignorarán parte de las posibilidades que les ofrece el decreto y que seguirá aplicando los criterios de la Lomce.