La fiebre logística amenaza con desatar una burbuja de plataformas intermodales

El número de plataformas logísticas intermodales a las que puede aspirar un territorio quedará determinado por la capacidad de financiación. Lo definirá Europa, al fondo del pasillo de ventanillas y recursos burocráticos y administrativos que filtrarán desde ahora cualquier inversión en infraestructuras; máxime, si tienen que ver con las comunicaciones y la fluidez de mercancías; con más razón, incluso, por la vinculación con el programa Conectar Europa, que desde hace dos años alimenta la caldera de toda esperanza del desarrollo del noroeste vinculado al despliegue de la Corredor Atlántico hacia este extremo geográfico de la península.

En esta lista de espera virtual se apuntó Torneros, en León, como recurso de gestión y contenido de programas electorales en los que se ofrecen respuestas sociales y económicas para el desarrollo de un territorio. Pero antes de que se haya colocado un bordillo de cemento sobre este espacio reservado como sustento logístico de León, el nuevo modelo económico, el nudo de comunicaciones a la puerta de entrada al noroeste, la lista de enclaves similares se ha multiplicado, por tres al menos.

El Bierzo se ofrecen soluciones similares a la que se amasa entre los retrasos y dilaciones en Torneros; una, en Ponferrada, otra, en San Miguel de las Dueñas. Una tercera, en Toral de los Vados. En poco más de cien kilómetros se perfilan tres estructuras de corte similar, de contenido similar, de función y propósito idéntico, que por el criterio de selección geográfico no va a pasar el corte del departo de fondos de la Unión Europa; y eso, en el caso de que los políticos y gestores locales lleguen a un consenso sobre cuál de los tres enclaves, o los tres, pasa el primer corte hacia la ejecución.

Con esa fiebre logística, la provincia leonesa se asoma a una especie de burbuja logística que corre el riesgo de estallar antes incluso de que el globo se eleve del suelo.

Este aluvión de planeamientos logísticos se sucede en un momento en el que las administraciones debían de tener decididas con qué estructuras deberían acudir al plan Conectar Europa que va a definir durante los próximos siete años, hasta 2027, las mejoras en el soporte para el transporte y la fluidez de mercancías en las autopistas de la comunicación intermodal por todo el continente. Antes de que la pandemia irrumpiera en ese calendario, la red de plataformas logísticas se acompasó a la extensión del Corredor Atlántico. En Galicia, se plantean también convertir un puñado de enlaces ferroviarios en plataformas logísticas intermodales, sobre el mismo modelo dispuesto para Torneros, para Ponferrada, en La Placa, para la ampliación de los apartaderos en Congosto. Las plataformas de hoy son los puertos secos de hace dos décadas.