Diario de León

INVESTIGACIÓN

La fiscalía actuó en quince casos de abusos o acoso a menores de 13 años

La psicóloga de Aspasi considera irrecuperables a los autores de este tipo de agresiones y cree que la prevención es básica

León

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La Fiscalía Provincial de León detectó al menos quince casos de abusos sexuales y acoso sexual contra menores de trece años, de acuerdo a los datos que obran en su poder correspondientes a los dos últimos datos de los que se disponen cifras oficiales, 2012 y 2013.

La reciente aparición de al menos cinco denuncias por respectivos delitos de estas características en la provincia de León, conocidas tras la detención de un individuo de 46 años, vecino de Langreo al que se acusa de ser el autor de los hechos, no es un episodio aislado en los últimos años.

Diez casos de agresión se constataron en 2012 y otros dos más en 2013. Las dos agresiones que figuran en la memoria datan de 2012 y se incluye también un episodio de diligencias previas por prostitución de menores. De todos estos casos, solamente uno de los acusados terminó en prisión.

La psicóloga de la Asociación para la Sanación y Prevención de los Abusos Sexuales en la Infancia (Aspasi), Margarita García, revela un dato escalofriante: «El 20% de la gente que es abusada, abusa a su vez de nuevas víctimas. Uno de los síntomas de haber sufrido una agresión y de no haberla tratado a tiempo es que se reproduzcan los comportamientos que ellos han sufrido».

La mayor parte de estas patologías se inician en la adolescencia. «Los agresores no saben cómo conducir la sexualidad y la canalizan contra los pequeños». Por eso es fundamental «coger los casos a tiempo, cuando son adolescentes» porque en los casos de adultos «ya es muy difícil, es muy probable que no tenga cura. No hay nada imposible, pero sí muy difícil y hay que hacerles tomar conciencia del dolor que acusan», explica Margarita.

«Minimizan lo que a ellos les pasó y no tienen empatía. Cosifican a la otra persona, hay muchas emociones malsanas mal colocadas», sostiene la psicóloga. «El acosador es muy inteligente y un manipulador excepcional. Nunca se satisfacen, no tienen tope. Les apasiona lo prohibido, cada vez les excita más el peligro y no hay límite. Se vuelven cada vez más exigentes. De los tocamientos pasan a lo siguiente y acaban con todo tipo de prácticas», asegura.

«Seguramente consiguió convencer a las niñas pero una vez que lo hizo, las metió en una espiral de la que ya no pudieron salir porque se teje una tela de araña en la que quedan atrapadas. Cada vez exige más. Y su filosofía es la de: ‘Fuiste tú la que aceptaste, la culpa es tuya’».

Buen tratamiento

Con un buen tratamiento psicológico las niñas serían recuperables. «Hay que tratar a las víctimas y a la familia para ayudar a desculpabilizar a la niña. Si es así, las secuelas serán mínimas. Hoy ellas sienten una culpa horrible y más saliendo en los medios de comunicación. La gente pensará que cómo las han podido engañar, pero de verdad que es muy fácil caer. Caeríamos tú, yo y cualquier adulto. Son gente que te enreda de una manera que no esperas y cuando te das cuenta, te da vergüenza reconocer que te han engañado», sostiene Margarita.

«O educamos a los niños o esto seguirá pasando. Y a los agresores solamente se les combate protegiendo a los niños de ellos. Cuando los niños saben defenderse, no hay problema porque el abusador no es violento, es una persona que sabe engañar, pero que no suele ser violenta».

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