Fomento no se ablanda con las alegaciones y mantiene el trazado dañino de la A-60

La A-60 va a añadir un perjuicio más a los que ya padece el sur de León. El último tramo de esta estructura que va a discurrir por territorio leonés mantendrá el trazado previsto, por la margen este de la carretera Nacional 601 y arrastrará daños irreparables a la zona de transformación en regadío. El segmento de terreno más productivo para dar una oportunidad de subsistencia a la zona, sacudida por la despoblación, la falta de oportunidades, el desaliento social y la recesión económica y poblacional más aguda de cuantas recorren el territorio leonés, se verá afectado por la última propuesta prevista para este área. El contraste aflora por el concepto de inversión contra inversión; la que se justifica por la mejora de infraestructuras de movilidad y comunicación, frente a la diseñada para mejorar el rendimiento de la agricultura local a base de transformar un vasto espacio cerealista en regadíos punteros.

La administración central, que promueve la construcción de la autovía, no va a ceder a la solicitud de media docena de ayuntamientos del entorno, que a finales del pasado unieron argumentos para tratar de desviar el trazado, que la autovía encontrara asiento por la margen derecha de la N-601, en mitad de un fragmento en el que no se acometerán actuaciones de mejora de regadío. Entre el interés de los pueblos leoneses y el corsé ambiental de protección Zepa, la administración pone por delante el hábitat de la avutarda, principal obstáculo a la hora de tomar en consideración las alegaciones de los municipios leoneses para evitar un aluvión de hormigón y asfalto que suponen las dos plataformas de la autovía si llegan a irrumpir en medio de los nuevos regadíos, que se entienden el principal sustento para la economía local.

En ese pulso de inversión contra inversión, saldrá airosa la de las comunicaciones, con el vial en busca del límite provincial acompañado de una brecha de hendidura en mitad de esa agrupación de tierras de reemplazo y riego moderno, parte del proceso con el que engatusan los sucesivos gobiernos a las localidades del entorno desde hace treinta años.

Que el vial no salte al oeste de la N-601 acarrea otros perjuicios de calado para la zona; el más relevante en ese listado de inconvenientes, es que aleja el acceso a la autovía a la carretera LE-521, que es el nexo transversal de los Oteros, y el acceso natural de Valencia de Don Juan y toda su zona de influencia al nuevo vial.

Con el plan que parece manejar definitivamente en plano el Ministerio de Transportes, ajeno a las atenciones que pretendían los municipios de la zona, los soteranos y los coyantinos tienen a cinco kilómetros de la salida de su carretera comarcal el trébol de enlace a la autovía. Según han podido constatar las autoridades locales del sur leonés, la conexión se realizará a la altura de Grajalejo de las Matas.

La segunda oportunidad para enmendar el trazado pendiente de la A-60 resultó en balde para el interés de León.