Diario de León

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«El futuro del trabajo es malo pero el trabajo del futuro va a ser muy bueno»

José Antonio Herce y Sabadell Herrero analizan el reto de la longevidad y las pensiones

Cristina Salas, José Antonio Herce, Joaquín S. Torné y Cristina Santos durante la ponencia de ayer. RAMIRO

Cristina Salas, José Antonio Herce, Joaquín S. Torné y Cristina Santos durante la ponencia de ayer. RAMIRO

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José Antonio Herce, director asociado de Analistas Financieros Internacionales, aseguró ayer que el futuro del trabajo es malo pero los trabajos del futuro «que aún están por inventar» serán realmente buenos.

Herce se pronunció en estos términos en el transcurso de una ponencia presentada ayer en el Club de Prensa de Diario de León, bajo el patrocinio de Sabadell Herrero, en la que participaron también Cristina Santos, directora provincial de Sabadell Herrero y Cristina Sales, directora de Desarrollo Comercial y Márketing de Bansabadell Pensiones y Bansabadell Vida.  

Herce se negó a hablar de envejecimiento: «Es mejor decir longevidad». El ciclo vital es «como un criterio empresarial» que consiste en sobrepasar la esperanza de vida de la quinta a la que se pertenece «y que nos obliga a planificar para no convertirla en un montón de recursos».  

«No hay nada peor que sobrevivir a los ahorros que hemos hecho, porque eso es la pobreza», aseguró. «Es ineficiente. Podemos ahorrar en exceso y que cumplidas vidas largas nos demos cuenta de que nos han sobrado recursos. El tiro de la longevidad requiere una cierta maestría, que unos tienen por instinto y otros no».  

Los 65 años ya son una cota de vida casi fija «pero se puede mutualizar los riesgos. No debemos confiar en los intereses, sino en nuestro esfuerzo», advirtió, antes de hacer un repaso a la esperanza de vida media a lo largo de la historia y a las variables de la jubilación.  

Advirtió del peligro del sistema piramidal de población que se necesitaría para mantener las pensiones. «Sólo funciona tomar medidas a corto, medio y largo plazo, pero hay que tomarlas ya». Así ennumeró la necesidad de contener la deuda de la Seguridad Social, reformular el IRPF y generalizar las previsiones sociales complementarias.  

Como soluciones a la jubilación planteó la necesidad de modificar la costumbre de ahorrar «mucho y mal» con el sistema de las «pilas de ladrillos» que en realidad «ya no se quedan nuestros hijos porque ya no los tenemos sino en nuestros sobrinos». No es un activo previsional «y es muy costoso. Es mejor transformarlo en capitales financieros que convertir luego en rentas vitalicias», aseguró. Relató las soluciones que plantean otros países, con tasas de sustitución del 50%, ausencia de pensiones de supervivencia y compatibilidad entre las rentas de trabajo y las pensiones.  

Respecto al futuro no escrito de las pensiones, esbozó un panorama futurible con un trabajo «que todavía no ha nacido. El futuro del trabajo es malo pero el trabajo del futuro es muy bueno». Se afirmó contrario a la tesis de que los robots puedan pagar las pensiones del futuro «pero animo a los trabajadores a ahorrar en robots». Las pensiones no se basarán en la renta sino en el consumo. Activos inmobiliarios y frugalidad serán movimientos alternativos. «Los trabajos del futuro serán tan divertidos y remuneradores que nadie querrá jubilarse», bromeó a modo de hipótesis.  

«La propensión al ladrillo que hay en este país es sencillamente insana, el mercado es un sin Dios»,dijo en el turno de preguntas.  

Sales transmitió la necesidad de concienciar sobre el ahorro. «Si queremos mantener el nivel de vida, tenemos que hacer previsiones. Por cada trabajador activo hay tres jubilados, así el sistema no es sostenible a largo plazo». Un plan de pensiones permite reducir la cuota del IRPF y es un producto finalista. Sugirió Salas el ahorro periódico , que se inicie cuanto antes y que se haga en productos de ciclo de vida.  

Santos agradeció la iniciativa y explicó a modo anecdótico que en sus inicios laborales, las prejubilaciones se concedían a los 56 años: «Hoy tengo compañeros trabajando con 64 años y las cosas apuntan a que las bases de cotización se establecerán sobre los últimos 25 años para cuando yo me jubile». Para mantener la calidad de vida «hay que ahorrar».

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