Diario de León

Gabinete de curiosidades para el Confucio

El caballo de papel que vale 80.000 dólares

La Universidad rescata del olvido antiguos ‘tesoros’ educativos con los que hará una exposición que abrirá en breve en la antigua escuela de Minas.

Fernández Blanco con el caballo de Auzoux.

Fernández Blanco con el caballo de Auzoux.

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A. Calvo | León
León

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Como un gabinete de curiosidades o un cuarto de las maravillas donde se exponían objetos exóticos de todos los rincones del mundo a partir del siglo XVII, la Universidad de León ha comenzado a «rescatar» sus propios ‘tesoros’ olvidados: elementos educativos que han quedado relegados con la llegada de técnicas más modernas. Todo comenzó después del verano de la mano del Servicio de Colecciones de la Universidad y de la Facultad de Biología y ahora, el rector, Juan Francisco García Marín, avanza que se está habilitando un espacio en la antigua escuela de Minas para mostrarlos todos juntos y restaurados.

Entre los objetos con más valor recuperados hasta ahora, las piezas elaboradas por el francés Auzoux en el siglo XIX. Destaca el gran caballo que permitió desde 1865 estudiar anatomía a los alumnos de Veterinaria. Así lo acredita un documento de pago de la Universidad de Oviedo, de la que dependía la facultad leonesa, y el conservador del Servicio de Colecciones de la Universidad, Luis Miguel Fernández, destaca que esta pieza, de la que sólo hay poco más de una decena en buen estado en todo el mundo, puede llegar a valer en el mercado de los anticuarios o coleccionistas más de 80.000 dólares. El francés Auzoux logró en el siglo XIX revolucionar la enseñanza con la ‘fabricación’ casi en serie de piezas para el estudio, desde animales a plantas, elaborados en una mezcla especial de papel maché,

Pieza del siglo XIX para estudiar la anatomía de un niño. MARCIANO PÉREZ.

Un radiómetro de Crookes, una máquina para estudiar la electricidad estática, 16 láminas litográficas del austriaco Pfurtscheller, mobiliario, imanes o una linterna mágica forman parte de las piezas que ya se han recuperado. «Hay que catalogarlo todo, podemos llegar a tener hasta más de 100.000 piezas», explica Fernández Blanco. El decano de Biológicas, Antonio José Laborda, añade que «aunque sabemos que muchas cosas se han perdido, estamos haciendo una labor de ‘detectives’ para localizar algunas piezas que los profesores han ido conservando porque ya intuían que eran patrimonio».

«La educación tiene que cambiar, abandonar las clases aburridas en las que estaban sentados y experimentar y hay que dar otra imagen de la Universidad, que sea más divulgativa», explica el conservador de la Universidad en relación a la puesta en marcha de la zona expositiva en la antigua escuela de Minas y a la necesidad de que se toque y se manipule para aprender. «Algunos alumnos que han visto las piezas quieren que les demos clases con ellas», asegura.

Modelo ostético, hecho en papel maché. MARCIANO PÉREZ.

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