Diario de León

Sanidad

El Hospital, pionero en una herramienta que minimiza la cancelación de las operaciones

Con 8.000 pacientes pendientes de cirugía, Cirus mejorará el rendimiento de los quirófanos al evitar anulaciones

Una intervención cardíaca monitorizada en el Hospital de León. JESÚS F. SALVADORES

Una intervención cardíaca monitorizada en el Hospital de León. JESÚS F. SALVADORES

León

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Entrar al quirófano da respeto, cuando no miedo o nerviosismo. Conlleva todo un preoperatorio con análisis, pruebas y en gran parte de los casos, ingreso hospitalario. Cuando el paciente ya sale en camilla de la habitación para ser intervenido en un horario concreto y en un quirófano determinado parece que solo queda cruzar los dedos y que todo salga bien, pero un fallo en la documentación de alergias, un cambio en el diagnóstico que no se comunicó, carecer del consentimiento informado, llegar con un catarro, sin tomar las pastillas o habiendo desayunado puede provocar que se retrase o se anule la intervención.

Para evitar esos fallos, que hacen pasar un ‘trago’ a los usuarios y dejan inutilizado a todo un equipo de quirófano, el Hospital de León probará junto con Salamanca una herramienta informática pionera denominada Cirus que programa y planifica las operaciones con un milimétrico seguimiento desde que va a entrar el paciente hasta que sale del quirófano, y que luego se extenderá al resto de hospitales de la Comunidad.

«Es un programa de Sacyl que intenta parametrizar todo lo relacionado con la entrada a quirófano, chequeando todos los procesos necesarios para que no se produzcan interrupciones, desprogramaciones o cancelaciones de quirófanos», explica el responsable de Servicios Quirúrgicos del Complejo Asistencial Universiatrio de León (Caule), José Cañas de la Varga.

Con una lista de espera para entrar a quirófano de 8.000 personas y 148 días de espera (casi cinco meses), tras el enorme retraso que ha provocado la pandemia, se puede valorar la importancia de este software para optimizar el rendimiento de los quirófanos. «El gran beneficio que aporta es evitar que la cirugía programada se suspenda porque falta algo que necesita el paciente, como un consentimiento o una prueba; que llegue siendo covid positivo o que no venga en ayunas, algo que ocurre con mucha frecuencia cuando llegan de sus casas», señala. También puede anularse «por una escasa reserva de sangre para esa intervención o porque el equipamiento quirúrgico no es el adecuado o la analítica está alterada».

Un 4% suspendidas
Cada año se interrumpen unas 600 intervenciones de las 19.700 que se efectúan en años no covid

Cirus obliga a «chequear» todo antes y a que Cirugía, los anestesistas y las enfermeras de planta y del quirófano cumplimenten unos items. Ante cualquier fallo, el programa lanza una alarma roja. La herramienta se comienza a usar desde que el paciente entra a la consulta externa del especialista. Por ejemplo, si el traumatólogo entiende que tiene que intervenir a una persona, entra en su historia clínica de Jimena donde tendrá una pestañita con Cirus para rellenar varios campos, entre ellos, si la intervención es en la parte derecha o izquierda, si hay profilaxis... La segunda fase es el anestesista, que señalará en el programa si el paciente es alérgico o no, si la vía aérea es fácil de entubar o no..., mientras enfermería comprueba si está rasurado o no y las analíticas.

Antes de llegar al quirófano, si se detectan fallos, saltan los avisos y se podrían corregir. «El programa busca que esté todo chequeado para que se pueda realizar la intervención y que no se produzcan anulaciones por motivos subsanables, lo que aporta mucha seguridad al paciente porque nada se olvida ni se deja al azar», matiza.

En ayunas, pastillas...
Un quirófano se anula por poca reserva de sangre, una analítica alterada, un catarro o haber desayunado

1,3 días de hospitalización

El porcentaje de operaciones que se anulan cada año oscila entre el 3% de 2019 (último año no covid) al 4% de este año, lo que significa unas 600 intervenciones, según los datos del Observatorio de Sacyl.

De media, antes de la irrupción de la pandemia, 15.500 leoneses ingresaban en los servicios quirúrgicos del Caule una media de 1,3 días para el preoperatorio, y se efectuaban 19.700 cirugías, el 87% de ellas programadas y el resto por urgencias. Otras 14.000 se realizan de forma ambulatoria.

600 operaciones se anulan.

En los seis primeros meses de este año se han llevado a cabo 8.239 operaciones y 6.444 ingresos hospitalarios.

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