Diario de León

El Hospital San Juan de Dios trabaja en un mapa de riesgos para pacientes hospitalizados

Belén Fernández

Belén Fernández

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El hospital San Juan de Dios de León cuenta con una Unidad Funcional de Seguridad de Pacientes que persigue minimizar los efectos adversos y trazar estrategias de intervención adecuadas, en el marco de una asistencia cercana.

La seguridad del paciente se define como la ausencia de daño evitable a un paciente durante el proceso de la atención sanitaria. La magnitud y la gravedad de los daños, así como las consecuencias sanitarias y económicas de estos para los pacientes, los profesionales y las organizaciones sanitarias, han provocado que sea considerada como una prioridad a nivel mundial, nacional, regional y local.

Uno de los  objetivos en los que se lleva tiempo trabajando en los Hospitales de la Orden de San Juan de Dios es la seguridad del paciente. Pero además, en tiempos de coronavirus, las prácticas seguras enfatizan el registro, análisis y prevención de los fallos de la atención prestada por los servicios sanitarios, que con frecuencia derivan en eventos adversos. 

La práctica sanitaria conlleva riesgos para los pacientes y los profesionales que les atienden . Conforme las técnicas diagnósticas y terapéuticas se vuelven más sofisticadas, estos riesgos, como es previsible, aumentan. En términos técnicos se habla, en estos casos, de que el paciente sufre un efecto adverso (EA). Es decir, un accidente imprevisto e inesperado que causa algún daño o complicación al paciente y que es consecuencia directa de la asistencia sanitaria que recibe y no de la enfermedad que padece. 

Muchos de estos eventos son inevitables por más que se esfuercen los profesionales, pero existen otros que podrían evitarse. Por eso, la Unidad Funcional de Seguridad de Pacientes del Hospital San Juan de Dios de León trabaja en la elaboración de un mapa de riesgos a los que están expuestos los pacientes que ingresan en el centro.

El hospital persigue con este instrumento, informativo y dinámico, minimizar los efectos adversos que se puedan producir en la aplicación de los procedimientos médicos y terapéuticos a los que se somete a unos pacientes que, en palabras de Fernández, son la “razón de ser“ de su actividad.

Un indicador de la calidad asistencial es la seguridad del paciente. Su mejora representa una prioridad para los servicios sanitarios acreditados con el modelo de excelencia y calidad EFQM. Para conseguirla, San Juan de Dios centra sus esfuerzos en promover, crear y mantener una cultura de seguridad positiva.

“Es un objetivo esencial. La seguridad se identifica claramente como la dimensión clave a considerar en los procesos de mejora de los servicios sanitarios que se han de impulsar desde las instituciones, organizaciones y sociedades científicas en pro de conseguir una mejora efectiva de la calidad asistencial“, asegura Belén Fernández, directora de Enfermería del Hospital San Juan de Dios de León, en el marco del Día Mundial de la Seguridad del Paciente que se celebra este 17 de septiembre en torno al lema ‘Personal sanitario seguro, pacientes seguros’. 

Una iniciativa de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que destaca también las enormes dificultades a las que se enfrentan actualmente los trabajadores sanitarios en todo el mundo como consecuencia de la pandemia de Covid-19.

En este sentido, tomar conciencia de los peligros inherentes a los actos asistenciales es clave para poder evitar posibles errores, también relacionados con la medicación administrada, y trazar estrategias de intervención adecuadas.

Conocer los puntos críticos y registrar las incidencias permitirá extremar la precaucación en todas y cada una de las actuaciones a fin de reducir las infecciones nosocomiales y el síndrome confusional agudo en ancianos. Todo ello dentro de una cultura de humanización que apuesta por sensibilizar a los profesionales en una asistencia cercana al paciente y su familia.

Esta unidad funcional también trabaja en la formación en nuevas técnicas para sus profesionales, en el desarrollo e implantación de manuales operativos en prácticas seguras, en la revisión de los distintos protocolos y en el diseño de un decálogo de buenas prácticas relacionado con la atención prestada. De igual modo, se ha creado un díptico informativo con las normas a cumplir durante la estancia en el hospital.

Grado de satisfacción 

Escuchar la opinión de los pacientes y usuarios sobre la atención prestada también es importante para mejorar de forma continua la calidad de los servicios. En 2019 el Hospital San Juan de Dios de León analizó la opinión de más de 1.550 pacientes, de los cuales el 98,20% calificaron su grado de satisfacción con los servicios prestados como bueno o muy bueno y el 96,40% manifestaron que volverían al centro si necesitasen otra intervención quirúrgica, sesión de rehabilitación o consulta.

Además, para analizar la calidad percibida de una manera estandarizada, se calculó el NPS (Net Promoter Score). En 2019 se obtuvo un NPS global del 59,57%, valor que se encuentra en la parte más alta de la escala, siendo aún más elevado el obtenido en los servicios de Consultas Externas (62, 93%) y Cirugía (71,29%).

Ese mismo año se registraron 13 reclamaciones, 14 incidencias, que en el primer semestre de 2020 ascendieron a diez y seis respectivamente. Asimismo, se anotaron 314 agradecimientos de enero a junio (975 en el conjunto de 2019), el 91,72 por ciento en hospitalización.

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