Diario de León

Ejército

Igea pide para Ávila una academia de la UME que Defensa proyectó en León

Ferral acoge al batallón más activo de la unidad, con 482 soldados, desde su creación en 2006

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Apelando a la propuesta de descentralización lanzada por el Gobierno, el vicepresidente de la Junta, Francisco Igea, insistió en reclamar al Ejecutivo de Pedro Sánchez la creación de una academia o centro de formación para la Unidad Militar de Emergencia en Ávila. Una propuesta que el Ministerio de Defensa, durante la presidencia de José Luis Rodríguez Zapatero y con el también leonés José Antonio Alonso como responsable de Defensa, ya había comprometido para León y que llegó a denominarse como ciudad del desastre, ya que los integrantes de la unidad podrían formarse tanto en rescates urbanos, incendios o rescates acuáticos, como se describe en el gráfico inferior.

En Ferral del Bernesga, en la Base Conde de Gazola del Ejército de Tierra, la UME cuenta desde 2006 con su quinto batallón, el más activo anualmente como consecuencia de su alto número de intervenciones en incendios forestales, ya que su zona de acción es todo el noroeste español, y por su especialización en rescate urbano, lo que ha llevado a los integrantes del BIEM V, como se designa al batallón leonés, a diferentes partes del mundo afectadas por terremotos. El cambio en el modelo de formación en la UME ya llegó cuando Carmé Chacón tomó el relevo de Alonso al frente de Defensa y no desarrolló el proyecto leonés.

El grupo de Conde de Gazola de la UME tiene asignados a 482 soldados, de los que 26 se encuentran estos días en la Academia de Infantería de Toledo en el Curso Básico de Emergencias, donde complementarán su instrucción durante cuatro semanas en su paso por la Escuela Militar de Emergencias, que sería el reclamo de Igea para Ávila y que actualmente se encuentra en Torrejón de Ardoz, en las instalaciones del Cuartel General del UME.

Igea ya remitió a la actual ministra de Defensa, Margarita Robles —también leonesa—, el pasado mes de julio una carta en la que le pedía, además de una unidad permanente de la UME en la localidad abulense de Cebreros, la creación allí mismo de una academia específica como ya existe en Ávila para los agentes de la Policía Nacional, reforzando y centralizando así el papel de esta provincia castellana como centro de formación de las fuerzas armadas y los cuerpos de seguridad del Estado.

Descentralización
El vicepresidente de la Junta remitió ya en julio una carta a la ministra Robles con su exigencia

Ayer, el propio Igea dejó de lado su querencia por Ávila defendiendo «un trato igualitario» entre todas provincias de Castilla y León. «No es una cosa que hacemos para una provincia en concreto, tiene que ver con la negociación de los presupuestos, tiene que ver con nuestra apuesta por el futuro de todas las provincias de Castilla León, de todas las que sufren el problema de la despoblación», aseguró el vicepresidente de la Junta, quien incidió en que hacen lo mismo en Ávila que en Segovia o Zamora. Sin recordar que León es también una de las provincias afectadas por la despoblación dentro de la comunidad.

Pese a la demanda de Igea, el acceso a la Unidad Militar de Emergencias es diferente al del Cuerpo Nacional de Policía. Mientras que en este último los nuevos agentes deben superar una oposición para después pasar nueve meses de instrucción en Ávila, a la UME sólo acceden ya militares que son seleccionados previamente por su currículo. Una vez superado este baremo, es cuando deben enfrentarse al Básico de Emergencias que todos ellos deben tener para pasar a formar parte del batallón. Este cuenta con dos meses de formación fundamentalmente teórica y online , que complementan después con otra fase en sus batallones de destino y que suele durar una semana, para después desplazarse a Toledo, donde el Ejército de Tierra cuenta con las instalaciones de la Academia de Infantería. Es allí donde los 150 nuevos integrantes de la UME que se forman cada año pasan entre cuatro y cinco intensas semanas de instrucción tanto en el campo de maniobras como en las aguas del Tajo, aprovechando las amplias instalaciones de la academia, donde también duermen, para después poder asistir a los comedores o a las aulas de la Academia de Infantería.

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