Diario de León

Inbiotec avanza hacia una solución definitiva pero sigue amenazado por el cierre

El administrador concursal presenta el informe de liquidación a la espera de que se concrete la absorción del instituto por parte de Cesefor

Concentración de los trabajadores frente a Ovejero. MARCIANO PÉREZ

Concentración de los trabajadores frente a Ovejero. MARCIANO PÉREZ

León

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El Instituto de Biotecnología de León aún no ha despejado de su horizonte la amenaza de liquidación a pesar de que el 21 de septiembre de este año la exconsejera de Empleo e Industria, Ana Carlota Amigo, anunció que la fundación soriana Cesefor lo absorbía. De momento el proceso sigue su camino, como también continúa latente el concurso de acreedores por la elevada deuda que arrastra Inbiotec y que a punto estuvo de doblegarlo para siempre.

Los trabajadores cobran al día, aunque todavía se les deben cantidades de los meses en los que no llegaron ingresos, pero el contrato de urgencia que se firmó para que el organismo soriano arrendara durante un periodo determinado el instituto hasta que se solucionara el conflicto de forma definitiva ha permitido durante este tiempo mantener la actividad del centro de investigación. «La plantilla es optimista, está cobrando al día y hay muchos proyectos en marcha, pero aún no está resuelto el asunto. El administrador concursal ha presentado el informe de liquidación y estamos a la espera de lo que diga el juez. En ese momento Cesefor tendrá que hacerse cargo, al igual que la Junta y la Diputación, que se comprometieron», aclara José Antonio Alegre, representante de los trabajadores y secretario general de Enseñanza en CC OO de León.

El acuerdo para que Cesefor —relacionada con el ámbito forestal— asuma las competencias del instituto implica que tanto la Administración autonómica como la Diputación aporten financiación. La primera debe inyectar hasta 600.000 euros en los próximos tres años, el mismo tiempo que tiene la Institución provincial para movilizar otros 400.000 euros.

Entre los compromisos adquiridos durante las negociaciones trasciende la voluntad de que la sede del Inbiotec continúe en León, aunque su actividad estará vinculada, si finalmente fructifica la absorción, al «desarrollo integral del sector forestal mediante la investigación, innovación y fomento de la sostenibilidad, en todos sus ámbitos productivos, priorizando la conservación de los recursos naturales», tal y como subraya la fundación en su página web, en la que todavía no se hace referencia al Instituto de Biotecnología de León que sigue inmerso en el concurso de acreedores que se presentó en el mes de abril, cuando la pandemia destapó los problemas estructurales que complicaban la viabilidad del instituto. En agosto de este año arrancó el proceso de liquidación.

Durante varios meses, las instituciones echaron balones fuera hasta que prácticamente en el último momento apareció Cesefor, de la mano de Ana Carlota Amigo, que ya no está en el Ejecutivo autonómico, inmerso ahora en la campaña para las elecciones del 13 de febrero. Fue una solución de urgencia, la única que sigue encima de la mesa de las administraciones competentes pero que aún no se ha completado, como reconoce José Antonio Alegre, que confía en la palabra dada por los responsables públicos, aunque advierte que los plazos son de nuevo exiguos y avisa: el informe de liquidación ya está en el despacho del juez.

Actualmente, el Inbiotec cuenta con ocho investigadores y casi treinta años de recorrido, tras su fundación en 1993. Durante mucho tiempo ha sido un centro de investigación puntero en su campo, que no tiene ánimo de lucro y que desde 2010, cuando hubo importantes recortes en ciencia por la anterior crisis, no recibe ayudas públicas.

A pesar de todos los contratiempos que ha tenido que superar, en el periodo comprendido entre 2016 y 2019 ingresó por proyectos de investigación 2,8 millones de euros. La irrupción de la pandemia frenó el impulso tractor del instituto que entró en una deriva económica muy complicada, con los trabajadores sin cobrar. Se presentó también en ese momento un ERE de extinción de todos los contratos, que se levantó cuando se anunció que la fundación soriana iba a absorberlo. Firmaron un contrato de arrendamiento, pero, como revelan desde CC OO, siguen e la espera de la firma definitiva. En los primeros meses de 2022 deberían, por tanto, concretarse todas las medidas comprometidas para que el centro de investigación siga adelante.

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