El Inbiotec evita su cierre inmediato a la espera de convertirse en fundación

Hay margen para el Inbiotec, para la plantilla de investigadores, que desde ayer ven con una dosis de optimismo extra el futuro del centro. La reunión prevista entre los trabajadores y la tutela administrativa encargada por el juzgado para gestionar el proceso de quiebra y el concurso de acreedores, se aplaza una semana. Así, se trata de ganar tiempo. Contra la asfixia de los científicos que forman la nómina de investigadores del Inbiotec; y, sobre todo, para avanzar en soluciones que permita darle visos de viabilidad y un futuro a este instituto; en este paréntesis, se acelerarán los contactos para negociar una fórmula jurídica que ampare a la sociedad de investigación, una fórmula adecuada a la normativa, para que pueda ser gestionado en régimen de fundación y se abran las opciones de financiación e ingresos, ahora lastradas por una reglamentación que perjudica de forma severa la supervivencia de este referente leonés de la investigación. Así lo entienden los propios trabajadores, e interpretan la consecuencia de las medidas que se pueden llevar adelante tras el aplazamiento de la reunión con los gestores del concurso.

Así, las fechas parecen empezar a correr a favor de la propia salud de la ciencia en León, de los empleados del instituto investigador, que el próximo viernes, esperan recibir novedades de esperanza en la reunión con la administración concursal en la cita que fue aplazada ayer.

La idea de reconducir la gestión del Inbiotec al molde que encaja con una fundación ya fue anticipada semanas atrás por el presiente de la Diputación, Eduardo Morán, en justa correspondencia con la responsabilidad que le atañe a la institución provincial en su papel de patrono de Inbiotec. Hay otros cinco, que no dejará de interpelar la administración concursal para acercar la salida de la reconversión societaria del instituto del parque científico. La Universidad, patrono de referencia, junto a la Diputación; más las entidades privadas Evonik, firma del sector químico, Pascual, la empresa Quesería Picos de Europa y ADL.

Con la declaración voluntaria del concurso de acreedores, el instituto trata de cortar una situación financiera que se había complicado por momentos luego de diez años sin percibir una ayuda pública directa y tratar de subsistir en la financiación de entidades privadas y líneas de investigación; así, lograron autoabastecer más de 2,8 millones de euros. Los recortes en investigación y ciencia han acabado por poner contra las cuerdas a un exponente para la ciencia en la provincia leonesa.