Diario de León

Economía

La inflación y la crisis demográfica frenan la reactivación de la provincia

El último Observatorio Económico sitúa a León como la octava economía de la comunidad

indicadores economicos leon tercer trimestre 2021

León

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León arrastra problemas estructurales que lastran su crecimiento a pesar de los buenos datos que arrojó el verano. La escalada desmedida de precios, el envejecimiento de la población, la caída de la tasa de actividad, una de las más bajas de España, y la ausencia de industrias y empresas potentes sitúan a la provincia en el vagón de cola de la Comunidad, que tampoco muestra una situación financiera solvente.

En el tercer trimestre del año, la economía leonesa ocupó el octavo puesto de nueve, solo por delante de Palencia. De las 30 variables analizadas, únicamente mejora o iguala a la media de Castilla y León en nueve. En el resto está peor. Esa es la principal conclusión que arroja el Observatorio Económico que ayer presentó el Colegio de Economistas de Valladolid, Palencia y Zamora. El estudio evidencia una fase de desaceleración preocupante tras las buenas cifras del segundo trimestre de 2021.

Parte de culpa tiene la variación anual del IPC, que ha hecho mucho daño a la competitividad. La tendencia en la provincia es similar a la registrada en otros territorios, pero con «ascensos más acentuados». De hecho, aquí se dieron los incrementos más significativos de todo el país, hasta colocarlo en el 5,1% en el mes de septiembre. «Los índices de los grupos, a finales del tercer trimestre del año, experimentan comportamientos diferentes respecto del ejercicio anterior, con subidas en vivienda, gas y luz de casi 19 puntos», advierte el Observatorio. También subió el 11% el coste del transporte y el 2,5% el de la alimentación. Bajaron, en cambio, la comunicaciones, con un descenso de tres puntos. No obstante, en la comparativa anual León ocupa el tercer lugar y refleja mejores números en 22 de los 40 indicadores analizados en este caso por los expertos.

De largo alcance

El envejecimiento de la población y la tasa de actividad, de las más bajas, agravan la crisis

Otro factor importante que condiciona la reactivación en la provincia es el de la población. La pérdida del 0,91% de los habitantes y el «alto nivel de envejecimiento», con el 27,42% de los leoneses con más de 65 años, lastran al mercado laboral, que tiene una tasa de actividad del 52,09%, casi dos puntos menos que la media de Castilla y León a pesar de que creció en septiembre. También se firmaron más contratos, pero los que se convirtieron a indefinidos cayeron un 9,29%, alerta el informe, que subraya un descenso muy fuerte de la contratación en la industria y la construcción, mientras que aumentó de forma significativa en el sector servicios, el que más personas ocupadas tiene, con 144.200. La temporalidad es igualmente otro palo en la rueda.

Además, hay poco espíritu emprendedor en León y casi todo el tejido productivo está formado por microempresas. La mayoría tienen menos de diez trabajadores. «Entre 2016 y 2020, el saldo en el número de empresas ha disminuido en 589, el 1,86% del total, con lo que en enero de este año había 30.838», apunta el Observatorio. Tan solo existen en la provincia 21 compañías de más de 500 empleados y en el mes de septiembre «no se creó ninguna sociedad anónima» frente a 46 nuevas sociedades limitadas, con un capital desembolsado de 5,34 millones de euros en todo el trimestre. En cuanto al turismo, los datos que arroja el último informe son mucho mejores que los del periodo anterior y no tienen nada que ver con los de 2020, marcado por las restricciones de la pandemia, pero todavía se está lejos de los números precovid. Aún así, en esos tres meses, la provincia recibió en total 240.294 viajeros, un 86,5% más que un año antes, pero la caída de los visitantes extranjeros limita la facturación de los negocios relacionados con esta actividad.

Para el director del servicio de estudios del Colegio de Economistas de Valladolid, Palencia y Zamora, Juan Carlos de Margarida, «la coyuntura económica oscila de la certidumbre a la incertidumbre». Aseguró al respecto que «el incremento continuado de una inflación persistente, junto con la escasez de la oferta, está generando inestabilidad en consumidores y productores, que se traduce en un malestar social», algo que se ve agravado con «la indecisión del Gobierno a la hora de tomar medidas de control inflacionario, ya que existe la certeza de que la inflación no es transitoria, por lo que perdurará en el tiempo con niveles importantes hasta principios de 2024», avisó.

En este sentido, abogó por un proceso «parcial y controlado» de «desglobalización» y «relocalización» industrial en la Unión Europea para evitar la dependencia exterior de ciertos componentes que «están afectando a sectores claves de Castilla y León como es la automoción, al tiempo que recordó que la subida del coste de los transportes neutraliza el ahorro que suponen los sueldos de los países asiáticos, con lo que ya no debería resultar tan atractivo para las empresas producir allí en lugar de Europa.

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