La influencia del aeropuerto limita desde ayer las construcciones de 32 municipios

Las maniobras de los aviones que operan en el aeropuerto de León imponen una serie de limitaciones a los municipios que están enmarcados en su área de influencia, o lo que se conoce técnicamente como las servidumbres aeronáuticas. El aeródromo de León es militar y, por lo tanto, depende directamente del Ministerio de Defensa y no de Enaire o Aesa como los aeropuertos civiles y, por lo que, es Defensa y el Ejército del Aire quienes delimitan las actuaciones y acciones que condiciona la ubicación de las instalaciones aéreas que, tal y como se publicó ayer en el Boletín Oficial del Estado, afecta a 32 municipios leoneses sobre los que se establecen las servidumbres aeronáuticas.

Los condicionantes marcados por el vuelo de los aviones, no sólo los que quieren operar en el propio aeródromo, es decir despegar o aterrizar, también sobrevolar el territorio acotado por las servidumbres están definidas en el Real Decreto publicado ayer que afecta, principalmente, a la edificación, las plantaciones o a las instalaciones. Las actividades también están limitadas en caso de que puedan desencadenar acciones que interfieran en el vuelo de las aeronaves, tanto civiles como militares, por ejemplo el vuelo de aves o elementos reflectantes que deslumbren a los pilotos.  

El decreto indica que, en el caso de que en uno de esos 32 municipios se quiera ejecutar una obra de gran altura, los ayuntamientos afectados deberán informar al Ministerio de Defensa que deberá dar su consentimiento, rechazarlo o condicionarlo a la ubicación de un emisor luminoso que alerte a las aeronaves de su ubicación «por suponer un peligro para las operaciones aéreas o para el correcto funcionamiento de las instalaciones radioeléctricas». De igual modo, también están afectados los planes generales de ordenación urbana, tal y como se informa a través de los diferentes boletines oficiales.

La zona más limitada es La Virgen del Camino, localidad en la que está ubicado el aeródromo, que tiene una zona mucho más acotada al respecto y que se centra en círculo cuyo eje nace en las instalaciones aéreas y con un radio de siete kilómetros, donde no podrán hacerse alteraciones físicas sin la previa autorización ministerial. A medida que el círculo se amplía, la afección de las localidades y las municipios van reduciendo la presión de las limitaciones aeronáuticas.  

El aeródromo de León cuenta con una pista de despegue y aterrizaje de tres kilómetros de largo por 45 metros de ancho y depende directamente del Ejército del Aire, aunque en las instalaciones también operan aeronaves civiles, son los militares los que se encargan de coordinar y gestionar todas las operaciones aéreas, de hecho, los controladores aéreos son militares y son ellos los que marcan el horario de apertura de las instalaciones, que cierran a las 20.00 horas y que abren a las 8.30 horas para las acciones civiles y media hora antes para las militares, aunque siempre está dispuesto para casos de urgencia, como aterrizajes por trasplantes o rescates.