Diario de León

LEÓN ■ TRIBUNALES

La instructora del caso Carrasco asume puntualmente el ‘crimen de Navatejera’

Decreta una toma de muestras de ADN al principal sospechoso para el próximo 16 de enero.

El doctor Frontela (derecha) halló 26 cabellos en el cadáver que ahora hay que cotejar. RAMIRO

El doctor Frontela (derecha) halló 26 cabellos en el cadáver que ahora hay que cotejar. RAMIRO

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miguel ángel zamora | león

Sonia González, la juez instructora del crimen de Isabel Carrasco, asumirá de forma provisional la baja de la titular del juzgado de Instrucción número 3 de los de León, Blanca Esther Díez, de tal forma que se hará cargo de manera puntual de la investigación del crimen de Navatejera.

Por el momento, ha fijado para el 16 de enero una toma de muestras de ADN del principal sospechoso, que en las tres ocasiones anteriores ha aducido diferentes argumentos para no llevar a cabo y que ahora se someterá al cotejo de elementos capilares, con el fin de determinar si alguno de los 26 cabellos hallados en las ropas que vestía el cadáver se corresponden con los del principal investigado. Hay un segundo sospechoso, pero hasta ahora se ha puesto a disposición de la justicia siempre que ha sido necesario y los indicios de que se disponen contra él no parecen especialmente sólidos.

La Audiencia Provincial de León reabrió el caso el pasado verano, después de que Instrucción 3 decretarse el archivo por falta de pruebas. Un auto de la Sección Tercera exigía «con suma urgencia» la práctica del análisis morfológico y cotejo de los pelos hallados por el doctor Frontela (forense contratado por la familia de la fallecida) «para compararlos con los cabellos pertenecientes al investigado sin perjuicio de que posteriormente se acuerde asimismo el análisis de ADN de los mismos para la lograr la identificación del presunto autor de los hechos». En el caso de que el aludido no consintiera voluntariamente dicha toma «se procederá a hacerlo de forma obligada utilizando para ello si preciso fuera la fuerza mínima imprescindible», explicaba el auto. El investigado alegó que tenía el pelo demasiado corto y el de la semana próxima será el cuarto intento.

Rocío Fernández Ameijeiras, apareció muerta en un vertedero de Navatejera. La muchacha salió de su casa el 21 de mayo de 2005 en compañía de su novio. «Habían quedado en ir a casa de su padre a ver cómo arreglaban el tema, porque él le había dicho a mi hija que no quería hacerse cargo del bebé», sostienen sus padres. No regresó a su domicilio nunca más. Durante varios días permaneció desaparecida. Sus progenitores únicamente recibieron mensajes suyos a través del teléfono en los que les informaba de que se había ido a Madrid a buscar trabajo.

Era falso. Dos semanas después apareció el cadáver de la muchacha en un vertedero de Navatejera, ya muy descompuesto. Lo encontró una persona que paseaba por la zona. La Guardia Civil cree que la muerte se produjo el mismo día de su desaparición.

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