La Junta «ni puede, ni quiere» recoger la capitalidad de Valladolid

«No soy ni seré castellano, por muchos años que pasen y dinero público que empleen», sentenció ayer el procurador leonesista de Unión del Pueblo Leonés, Luis Mariano Santos, quien preguntó en las Cortes si «¿piensa la Junta modificar el Estatuto de Autonomía para elegir la capital de esta Comunidad Autónoma?». Frente a sus palabras, el consejero de la Presidencia de la Junta, Ángel Ibañez, afirmó que la «Junta ni puede, ni quiere modificarlo» y calificó de «utilización torticera» la argumentación del leonesista. El popular recordó que la propuesta de reforma se puede plantear a iniciativa de la Junta y una tercera parte de los procuradores y se debe aprobar por dos tercios del pleno y después en las Cortes generales. Sin embargo, subrayó que esos supuestos no rigen en el caso de la ley de Sedes de 1987, ya que no se puede delegar en la Junta.  

En su exposición, el leonesista recordó que esta polémica, «que cada cierto tiempo sacude a la comunidad, siempre tiene el mismo origen centralista, siempre es alguien del Ayuntamiento de Valladolid, con León de la Riva, Puente y De Santiago-Juárez; da igual PP o PSOE». «Se trata de una cuestión que viene a reflejar las diferencias y tensiones territoriales que tanto tiempo llevamos tratando de hacer ver y que se niegan desde la Junta», aclaró Santos. Además justificó su pregunta en base a las declaraciones de la exconsejera de Economía, quien afirmó que «el asunto de la capitalidad es un hecho»; palabras que se suman a las de De Santiago-Juárez, «uno de los hombres más poderosos en los últimos 18 años en el gobierno de Herrera». «Dejan sin lugar a dudas que quienes manejaban los dineros y la influencia en esta comunidad defendían también los intereses de sólo una de las 9 provincias, lo que es muy grave», agregó el leonesista, quien insistió en si en la última reforma del Estatuto PP y PSOE tenían un «acuerdo secreto» para fijar la capitalidad pero «no se atrevieron», como indicó el exvicepresidente, a lo que Ibañez no respondió y sí defendió la legitimidad de la moción, aunque vaticinó un resultado «incierto».