Diario de León

La Junta nombra a Majo delegado en León y marca el cariz político del cargo

El presidente provincial del PP deja la Diputación y aclara su futuro a corto y medio plazo

León

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Juan Martínez Majo abandonará la portavocía del PP en la Diputación para convertirse en delegado de la Junta en León. Este nombramiento despeja dudas sobre la influencia que el líder del Partido Popular en la provincia leonesa mantiene con la dirección autonómica de su partido, a la vez que despeja su futuro político a corto y medio plazo.

El nuevo delegado de la Junta llegará al cargo de designación tras sufrir una doble derrota electoral, que le condujo a perder la cota de representación y poder que le mantuvo durante los últimos 24 años en la Alcaldía de Valencia de Don Juan y, en los últimos 4 años, como presidente de la Diputación leonesa. «Quiero agradecer públicamente al presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, y al resto del consejo de Gobierno, la confianza que deposita en mí para ser el delegado de Junta de Castilla y León en León; responsabilidad que asumo con fuerza e ilusión y absoluta dedicación para trabajar por León», escribió el ex presidente de la Diputación de León en su cuenta de twitter pocos minutos después de que se hiciera oficial su elección como máximo responsable de la delegación de la Junta en la provincia leonesa. Sustituye en el cargo al salmantino Guillermo García, que ocupa esa designación desde el año 2011, a la que llegó de forma interina como sustituto de Eduardo Fernández.  

El salto de Juan Martínez Majo de la Diputación de León al edifico acristalado de Eras de Renueva se interpreta en algunos círculos influyentes como una decisión que busca imprimir un claro cariz político a la figura de delegado, a su desempeño administrativo y representatividad, que responde a la necesidad de ganar peso y relevancia frente al avance de representación de otras fuerzas políticas que han despojado al PP de instituciones que gobernaba hasta ahora; algunas, desde hace un cuarto de siglo. La Diputación, por ejemplo.  

El hecho significativo entre el abanico de nombramientos que ayer sancionó la Junta en Valladolid es que, en la relación de delegados, Juan Martínez Majo es, junto a la delegada en Soria, quien ostenta la responsabilidad orgánica más elevada dentro del partido al que representa; no hay otro caso de delegados territoriales en otra provincia que sean presidentes del partido representado en el gobierno que los nombra. El trasvase de Majo a la Junta supone una efecto dominó controlado, que permitirá a Manuel Rodríguez acceder al acta de diputado provincial, en sustitución del ex presidente de la Diputación. Si el PP no aplica filtros en la secuencia de relevo, el hueco que deja libre Majo debe ser ocupado por el alcalde de Riello en virtud del resultado de elección de diputados provinciales por esta formación política en el partido judicial de León.  

La sustitución del ya ex portavoz de la oposición en la Diputación es una cuestión más complicada de deslindar, a priori; también, el adjudicatario de la herencia de la dedicación exclusiva que dejará en el Palacio de los Guzmanes, una de las dos que disfrutaban los diputados populares (la otra, la tiene asignada Lupicinio Rodrigo). Francisco Castañón, uno de los diputados que pugnó por la retribución de 51.865 euros con la que la Diputación retribuye esa exclusividad, está entre los representantes populares mejor colocados para beneficiarse por este movimiento en cadena. La portavocía, además, puede estar relacionada con esa asignación económica.  

Majo en la Junta aclara la incógnita de quinielas abiertas sobre candidatos al puesto de delegado, al que se postularon primeros espadas del Partido Popular leonés, descabalgados de su anteriores ocupaciones por los resultados de las últimas elecciones (locales y generales).

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