León arranca la Navidad con nueve muertos menos que en el año 2019

Las carreteras leonesas afrontan una de las principales operaciones del año de salida y entrada de vehículos con un saldo esperanzador. Nueve personas menos perdieron la vida este año que en 2019, el último que la Dirección General de Tráfico considera válido como referencia, por cuanto es el más parecido en cuanto a condiciones de restricciones al actual.

El siniestro más grave del año en curso fue el registrado en Villamañán el 23 de octubre, cuando dos mujeres perdieron la vida y otras tres resultaron heridas de gravedad al colisionar en un giro para entrar a cenar en un restaurante de las inmediaciones, en circunstancias que la investigación mantiene en discreto amparo. El choque resultó de una violencia notable y fue necesaria la participación de los Bomberos de León para excarcelar a las víctimas.

También resultó especialmente violento el penúltimo siniestro registrado hasta ahora, el que ocurrió en Villamoros de las Regueras la noche del 5 de noviembre, cuando resultó muerto un joven y heridas otras tres personas a causa de un impacto protagonizado por un vehículo de gran cilindrada. En el suceso confluyeron además otras circunstancias y también en ese supuesto fue necesaria la participación del Cuerpo de Bomberos y de las asistencias policiales, en un suceso que causó gran conmoción por la juventud de los protagonistas.

Enero y febrero habían sido buenos meses en materia de siniestralidad y dejaron en blanco el apartado de esquelas motivadas por cuestiones referentes al tráfico rodado, que se abrieron en marzo con un accidente en El Burgo Ranero.

Villamañán (ya en un primer suceso) y Santa Elena de Jamuz proseguirían la crónica negra de la siniestralidad. En el último caso, con el primero de los cuatro accidentes en los que se vería implicado un motociclista.

El mes de mayo resultó el peor del año con cinco muertos en las carreteras leonesas. Santibáñez del Bernesga, Crémenes, Barrillos de las Arrimadas, Bercianos del Páramo y Villablino escenificaron los siniestros en los que cinco personas perdieron la vida. En 26 días se registraron las peores cifras del año, por circunstancias que no tienen una causa concreta y que se atribuyen a la casuística.

Precaución

El subdelegado del Gobierno, Faustino Sánchez, reitera de forma habitual que la Dirección General de Tráfico y el Destacamento de la Guardia Civil en León no bajan la vigilancia en ningún momento del año «pero siempre cabe la posibilidad de que estas cosas ocurran. Lo que hay que hacer es extremar la precaución». Evitar el consumo de alcohol antes de conducir y respetar las normas de circulación son las bases fundamentales.

San Martín del Camino y Chozas de Abajo dibujaron un mes de julio menos negro de lo habitual pero de mayor consternación. En el primero de los casos, un joven militar que regresaba a León tras servir en el cuartel de Santocildes de Astorga, perdió la vida de forma trágica al estrellarse contra un vehículo que realizaba tareas de mantenimiento. El episodio tuvo un notable eco social.

Buen verano

Agosto volvió a ser otro mes bonacible para la siniestralidad y dejó la cuenta mensual de accidentes mortales a cero. En septiembre se registró uno en Castrotierra de la Valduerna y los dos ya citados de octubre y noviembre cierran de momento el listado, que diciembre contabiliza el registrado ayer en Palacios del Sil.

A estas alturas del año, los catorce muertos que se contabilizan en León eran 20 el año pasado y 23 en 2019. La estadística oficial dice que este año ha habido 13 accidentes con muertes, que fueron 18 en el ejercicio anterior y 21 en el balance de referencia de 2019, circunstancia que también aporta una nota positiva a las cifras del estudio.

Para la elaboración de estos informes, la DGT toma como referencia las directrices de la Unión Europea, que considera válidas las muertes que se producen en un intervalo de 24 horas entre el suceso y el deceso. Las que superan ese límite cronológico entran en otro apartado que goza de menos predicamento, el de muertes a 30 días.

Las instituciones consideran que es menos fiable porque no recoge la realidad de los siniestros en la proporción más adecuada.

Tampoco se contabilizan en estos datos los accidentes que ocurren en las vías urbana, porque se supone que están sujetos a otra casuística bien diferente. En cualquier caso, cuanto más bajas sean las cifras, mejor.