La León-Astorga no tiene quien la defienda en la mesa de los peajes del Gobierno

A una semana de que nuevas liquidaciones de peajes remarquen el agravio que sufre León en materia de comunicación, infraestructuras y movilidad, la opción de aliviar la carga de la AP-66 espera turno y vez en la segunda semana se septiembre. Entonces, está previsto que altos cargos del Principado de Asturias se sienten con los del Ministerio de Transportes para tratar de definir la rebaja. La León-Astorga está fuera del orden del día, porque no tiene quien la defienda en la reunión. La cumbre será lo más cerca que ha estado la autopista asturleonesa de una oportunidad de desahogo, desde aquella cascada de promesas todas incumplidas, que se hicieron recurrentes en los programas electorales en las dos últimas décadas.

Esta vez parece distinto; por la obligación moral del Gobierno de España de cumplir en los peajes de León (al menos en el del enlace con Asturias, que es el que va en la postura que dispone en Principado) con la misma dedicación que ha mostrado este mismo verano en la bonificación del pago por circular de la autopista de la fachada del Atlántico, la AP-9 gallega, en lo sucesivo espejo y molde a seguir.

En toda la extensión del movimiento. Porque parece que Transportes se dispone a negociar para el peaje de La Magdalena unas medidas del mismo corte de las dispuestas en Galicia. Bonificar viajes de ida y vuelta por todo el trazado de la autopista en el mismo día, además de los que suponen más de diez recorridos completos a la autopista en un mes. Es un punto de partida para la negociación que encajaría en el planteamiento inicial del ejecutivo estatal, del que informa el periódico La Nueva España, que contrapone a la aspiración del Gobierno del Principado de Asturias de extender las bonificaciones a todos los usuarios de la vía; que la intervención no se mida por cotas de paso, o se limite a los usuarios habituales, y que dispongan de dispositivos de telepeaje.

La idea de que la AP-66 alcance el estatus de trato que la AP-9 tiene para el Gobierno de España desde el 30 de julio está aún lejos de convertirse en una realidad.

Las cifras abren un trecho de distancia entre los dos viales de peaje, que junto a la AP-71, la segunda autopista de pago establecida en la provincia leonesa, formaban el trío del agravio para las comunicaciones del noroeste español. Desde hace casi un mes, el tránsito por la estructura gallega se mide en forma de bonificación; de tal forma, que en tres semanas, el Gobierno ha destinado a sufragar descuentos en los arcos de pago de la AP-9 casi un tercio de todo el dinero que destina al año a la misma operación con el la asturleonesa. La cuantía en Galicia ronda ya los dos millones de euros; a los peajes de La Magdalena, y los ramales secundarios de los valles del Luna, se asignan en todo el año 6 millones de euros.

La tabla de las comparaciones puede resultar un estímulo para las negociaciones que defenderá el ejecutivo de Asturias en favor de sus intereses, que son los mismos de León en el caso que concierne a la AP-66. Está previsto que cada año, el Gobierno de España destine 55 millones de euros para enjugar y anular el efecto del peaje de la AP-9 en los usuarios de la autopista gallega; que serán 2.300 millones, cuando expire el concesión de este vial, en el límite del año 2048.

Uno de los consejeros con más peso en la gestión de la maquinaria administrativa del Principado, hizo pública días atrás la intención de que en el ejercicio de 2022 se comiencen a aplicar ya los descuentos; aunque otros cargos del mismo gobierno autonómico vecino de León admiten que el plazo de ejecución de los descuentos se podría aplicar a lo largo de la legislatura.

Otro de los segmentos en los que aplicar el descuento es en el sector del transporte profesional. La AP-9 aplica desde este mes un 20% de rebaja al paso de los vehículos pesados, sin distinguir o clasificar la prebenda por número de paso, días de circulación o sistema de pago. Entre León y Asturias ese descuento es un 10% más alto, hasta el 30%.

En este embarque que espera a la autopista AP-66 no hay hueco para la León-Astorga, que condena las opciones de desarrollo y movilidad al territorio de la provincia hasta más allá de la mitad de este siglo. Y no tiene defensa en la mesa con el Gobierno.