Diario de León

Urbanismo

León centra el plan del casco histórico en la recuperación comercial y de la vivienda

Siete empresas optan a definir la estrategia, que debe estar lista en un año y cuenta con 145. euros de presupuesto

En calles como La Rúa se cuentan casi una veintena de trapas comerciales bajadas, junto a edificios abandonados. RAMIRO

En calles como La Rúa se cuentan casi una veintena de trapas comerciales bajadas, junto a edificios abandonados. RAMIRO

León

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Pese a los sucesivos planes de los años noventa y la primera década del siglo XXI, que incidieron en mejoras para su conservación, el casco histórico presenta una realidad de desierto demográfico y deterioro urbanístico progresivo. La inversión realizada choca con que «el equilibrio de sus funciones urbanas se ha visto sustancialmente afectado debido a factores derivados del uso extensivo y hegemónico de las actividades de espectáculos, de ocio y recreativas, y de las consecuencias que este uso expansivo ha tenido para la vida de los habitantes de la ciudad histórica», como reconoce el Ayuntamiento de León. El dictamen apoya la decisión del consistorio de definir una nueva estrategia que logre «un relanzamiento económico y social» del entorno. No sólo para mejorar la protección que ayude a conservar su esencia, sino para actuar «de manera eficaz en la recuperación urbana», como se señala en los pliegos del concurso abierto para seleccionar a la empresa que proponga las medidas centradas en tres ejes: «el relanzamiento del sector de actividad del turismo; el afianzamiento del carácter de ciudad comercial y de servicios; y la consecución de una ciudad antigua rehabilitada y recuperada para los ciudadanos y sus visitantes».

El reclamo para la elaboración de un «plan director para la valoración arquitectónica y recuperación social de la ciudad antigua de León» ya cuenta con siete empresas interesadas. El Ayuntamiento, que dispone un presupuesto base de licitación de 145.200 euros, espera avanzar en las próximas semanas en la elección de la firma que empiece a trabajar de inmediato en el proyecto. La encargada contará con un año en total para redactar el documento, dividido en tres fases. La primera se encargará del estudio de campo que describa «el análisis de la situación actual», la segunda fijará el «diagnóstico» de la problemática y la tercera se centrará en marcar la «propuesta de medidas» encaminadas a «la dinamización social».

Los técnicos municipales señalan en los pliegos del contrato, iniciados por el anterior equipo de gobierno del PP y continuados ahora por el PSOE, que la estrategia debe centrarse en resolver «los principales problemas detectados que asedian la vida de los residentes y el desarrollo de las funciones urbanas en la ciudad antigua». El documento enumera en este listado «la contaminación acústica en zonas donde la actividad hostelera y de ocio es prácticamente hegemónica; la ausencia de comercios que presten servicios diversificados a la población residente; el envejecimiento de la población; la insuficiencia de plazas de aparcamiento para residentes; el abandono del uso residencial de los edificios; el acusado descenso de la actividad rehabilitadora sobre los inmuebles; la infravivienda; la escasez de actividad promotora en los solares vacíos; y el aumento de demoliciones debido al estado de ruina económica».

La empresa adjudicataria deberá establecer cómo se incide en estas líneas, con medidas que pueden ir desde el tratamiento fiscal diferenciado a determinadas actividades comerciales, para promover su vuelta, hasta el cambio de las ordenanzas municipales para favorecer usos diferentes en locales y viviendas, la regulación del sector de los apartamentos turísticos o actuaciones medioambientales. El plan se encarga como herramienta a corto, medio y largo plazo, con implicación de la ciudadanía, para orientar los proyectos y marcar las políticas municipales que «normalicen las funciones urbanas» de un entorno ahora degradado.

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