Diario de León

León confía aún en recuperar este verano los ocho trenes que le arrebató la pandemia

Las frecuencias que sacó de vía el virus no aparecen en el boceto de horarios veraniegos que entran en vigor en julio

Un Alvia entra en la estación de León en medio del confinamiento. FERNANDO OTERO

Un Alvia entra en la estación de León en medio del confinamiento. FERNANDO OTERO

León

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Hace más de un año que la parrilla de la estación de trenes de León se quedó sin contenido; la pandemia ofreció las primeras explicaciones, por el momento inicial de aquel proceso de repliegue social que arrasó con las costumbres, los hábitos de movilidad, la frecuencia de los viajes.

Hace más de un año que no hay rastro de los trenes que se quedaron al margen de la vía, de la oferta y la demanda, y que han rebajado de forma sensible el volumen del panel de salidas y llegadas a la estación del ferrocarril. Y no hay expectativas para que la ciudad se reencuentre con esas frecuencias, elementales para completar los enlaces a Madrid, a Asturias, a Ponferrada, también afectada de forma directa por la retirada de algunas combinaciones.

León perdió ocho conexiones con motivo de ese imprevisto que arrastró el virus, y las medidas adoptadas para tratar de frenarlo a través del confinamiento.

Por la vía de la alta velocidad, no regresó aquella composición que circulaba entre Madrid y Ponferrada, desde las 7,25 de la mañana, y madrugaba en sentido inverso, desde las 8.30 con dirección a la capital de España. Ni el segmento del City, que abría la opción de viajar a la capital de España al mediodía leonés; ni el tren que partía de Madrid con dirección a León a las nueve y veinticinco de la mañana, que invertía el trayecto pasadas las dos y media de la tarde.

Ninguna de estas composiciones aparece nítida en el boceto de nuevas circulaciones, nuevos horarios, con los que la compañía ferroviaria pública va a saludar el verano, y que planifica con una horquilla de frecuencias y destinos para aplicarse a partir de los próximos 2 y 3 de julio.

Con más de un mes de margen por delante, son los propios empleados de la compañía los encargados de transmitir sensaciones positivas en torno a un final feliz con el retorno de aquellos trenes que fulminó la pandemia y de los que nunca más se supo.

El incentivo de esperanza que maneja la plantilla, reivindicativa con la merma de actividad y la necesidad de ampliar mercado para sujetar el empleo ante la caída de producción y la amenaza de la recién estrenada liberalización del sector, coincide con la entrada en vigor del nuevo sistema de tarifas para el sector comercial de viajeros.

Aunque el optimismo de los trabajadores no se refleja en las tablas donde aflora la estrategia de la dirección.

En los nuevos horarios estivales, en las nuevas planificaciones de trenes en vías, no están las composiciones que circulaban por la vía de alta velocidad; pero tampoco los convoyes que se cayeron de la vía convencional.

Los León a Príncipe Pío, otra combinación para madrugadores, que a las 6.40 abría cada mañana las conexiones entre León y Madrid, con Príncipe Pío como destino; de aquella emblemática estación que recuperó hace casi tres años la afluencia de los trenes del norte, procedía el vespertino de las 4,30, que llegaba a León al caer la tarde.

Ni hay noticias del regional de León a Palencia, y de Palencia a León, que frecuentaba como una cercanía a primera hora de la tarde el enlace entre la capital leonesa y la castellana.

Entre esas ocho posibilidades distintas de movilidad para viajeros en León no está incluido el paquete de Talgo, de los trenes nocturnos que están fuera de escenario, para siempre, y que corresponden a otro recorte que no se le puede imputar al torrente de crisis social y económica que acompañó la pandemia.

La retirada de los trenes hotel precedió al aluvión de recortes que generalizaron las medidas de respuesta a la expansión del coronavirus; los trenes nocturnos ya no circulaban cuando irrumpió la pandemia. Por eso, su destino se maneja al margen de cualquier planificación para recuperar composiciones retiradas. La compañía ferroviaria ha retirado el material con el que se prestaba este servicio; parte, varado en apartaderos en la zona norte; parte, estacionado en lista de espera para su exportación a otros países donde va a encontrar una segunda vida que ya no es posible para el ferrocarril español, al que sirvió con conexiones legendarias, de costa a costa, en tránsitos nocturnos desde el oeste que acababan con el amanecer en la ciudad Condal.

El panel de las estaciones leonesas tiene su fe puesta en recuperar parte del contenido que le arrebató la pandemia. Y no ve fecha ni horizonte.

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