Diario de León

León permite que el tóxico estramonio crezca sin control en un paseo de La Serna

Plantas de esta hierba alucinógena de hasta un metro y medio bordean la ciclovía muy frecuentada por peatones de La Serna al nuevo centro comercial junto a la ronda Este

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El estramonio, esa planta tóxica que produce un fruto espinoso con propiedades alucinógenas, crece sin control a la vera del carril-bici de La Serna al nuevo centro comercial, ante la pasividad del Ayuntamiento de León. Una senda hormigonada muy utilizada por viandantes y ciclistas que ahora está jalonada de estas hierbas, conocidas como las del Diablo, porque se han utilizado desde los aquelarres hasta las fiestas rave por su poder "evasor".

Es prácticamente imposible impedir que salga en lugares de tierra removida, porque el estramonio puede llegar por el aire, el agua, los pájaros y hasta por las ruedas de los vehículos, según los expertos, pero la falta de diligencia y atención por parte del Ayuntamiento han permitido que la mayoría de esas plantas alcancen alturas de hasta metro y medio.

De hecho, el estramonio siente predilección por los lugares abandonados, las cunetas y descampados, lo que vuelve a poner en evidencia la falta de mantenimiento de los espacios municipales. La planta desprende un olor nauseabundo que ya advierte de su alta toxicidad, así que caminar o circular con la bicicleta junto a ellas, con algunas creciendo hacia el interior de la ciclovía, se convierte en menos seguro. 

Estas plantas verdes y con flores blancas y rosacéas heredaron su nombre del antiguo estremonia, que significa magia o brujería, ya que los hechiceros se valían de ellas para provocar alucinaciones. 

Delirios, insuficiencia respiratoria y colapso vascular

Además del delirio puede producir espasmos, insuficiencia respiratoria y colapso vascular. Incluso la muerte. El estramonio, Datura stramoniu , también conocido como trompeta de ángel, hierba del diablo, o higuera loca, se ha utilizado tradicionalmente como anestésico al ser aplicado sobre zonas doloridas en pequeñas dosis. También sirve para tratar el asma o la epilepsia. Pero su principal componente, la atropina, es además un potente psicotrópico que extasiaba a las devotas de dios Baco ya en la antigua Roma. 

Por aquel entonces, además, muchas mujeres recurrían al aceite de estramonio (untado en los genitales de sus maridos) para conseguir quedarse viudas Parecía que el uso de esta planta con fines alucinógenos estaba cerca de desaparecer desde que, en la Edad Media, fuera ingrediente común de pócimas y brebajes preparados por hechiceros y brujas. En los años 80 el líquido de las brujas se usó en las Rutas del Bacalao y volvió a tener protagonismo en 2014 al pasar a una fiesta electrónica celebrada en un caserón abandonado de Getafe (Madrid) y acabar con la vida de dos jóvenes. 

El estramonio es una droga con efectos desgarradores. “En dosis moderadas produce sequedad bucal y ocular, midriasis (dilatación de las pupilas), pulso débil, hipertensión, taquicardias y alucinaciones”, explican los expertos. Esas alucinaciones son, por lo general, de carácter sexual, algo que ha ayudado a alimentar el mito salvaje de esta sustancia a lo largo de la historia. “En dosis más altas (entre 40 y 60 gramos) esas alucinaciones pasan a ser fantasmagóricas y el cuerpo sufre espasmos y convulsiones, estupor, colapso vascular, coma y, posiblemente, la muerte”, continúan. 

Según fuentes del Instituto Nacional de Toxicología (INT) el estramonio también puede producir fotofobia, ansiedad, hiperactividad, sequedad de la piel, náuseas y vómitos. Estos efectos empiezan a manifestarse a las dos o tres horas de haber consumido la planta y pueden durar varios días. Cuando aparecen, según el INT, los impulsos más usuales son los de desvestirse, abrir las ventanas y beber agua con mucha avidez. Además, en sus formas más graves, el individuo puede llegar a convertirse en agresivo y resultar peligroso. 

En España la comercialización y venta al público del estramonio está prohibida por la Orden SCO/190/2004, de 28 de enero, debido a su alta toxicidad, pero en realidad es una hierba muy fácil de encontrar como se demuestra en el propio León.

 

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