Diario de León

Un plan «pionero»

León promueve un plan para certificar la calidad del aire en espacios interiores

El protocolo dará medios para actuar si los medidores de CO2 alertan de que existe peligro

Rodríguez Ferri, Diez, Cosamalón, Jorquera, y los representantes de CEL y Cámara, Vargas y Saurina, ayer en San Marcelo. RAMIRO

Rodríguez Ferri, Diez, Cosamalón, Jorquera, y los representantes de CEL y Cámara, Vargas y Saurina, ayer en San Marcelo. RAMIRO

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Son microscópicas y no suelen apreciarse, pero «cuando entra un rayo de sol por la mañana descubrimos multitud de partículas de polvo que llevan adheridas otras que pueden ser peligrosas», como describió ayer el doctor Elías Rodríguez Ferri, para ilustrar que entre ellas está «el coronavirus, así como otros virus, hongos y bacterias». No se había reparado hasta ahora en la necesidad de su vigilancia, pero la expansión de la pandemia ha motivado que un grupo de investigadores, apoyados por el Ayuntamiento de León y las patronales Fele, CEL y Cámara de Comercio, ideen un plan «pionero» de control del aire en espacios interiores. El objetivo, como remarcaron los promotores, se centra en «recuperar la confianza de los ciudadanos en instituciones, comercios» y todo tipo de establecimientos públicos para minimizar el impacto económico y empresarial.

Objetivo
El plan piloto en 66 espacios avanza el sello de calidad con el que garantizar la confianza

La iniciativa se ha gestado en el último medio año, como detalló Ferri, portavoz del grupo de expertos promotores de la idea, y ahora se ha «puesto en marcha» con la colocación de medidores de dióxido de carbono (CO2) en 66 establecimientos. En la lista se cuentan «dos en autobuses, dos en iglesias, dos en teatros, cuatro en centros deportivos como gimnasios, pabellones y piscinas cubiertas, 13 en establecimientos hosteleros, tres en bibliotecas, en residencias de mayores, en guarderías, en oficinas de uso público...», como enumeró el alcalde, José Antonio Diez. La instalación de los instrumentos de medida de la concentración de dióxido de carbono, cuyo coste de «entre 200 y 300 euros» han asumido cada uno de los propietarios, permitirá hacer un seguimiento de la calidad del aire de los locales. Si los valores se disparan por encima de lo recomendable, se activará la alerta para que se ventile: bien de manera natural, con la apertura de puertas y ventanas, o, si es necesario, con extractores mecánicos e incluso con la colocación de filtros hepa, como apuntaron los promotores del plan auspiciado por el consistorio.

Los datos que se recojan del plan piloto habrá que «validarlos» para, a partir de ellos, «establecer consecuencias», como relató Ferri, quien incidió en que las conclusiones servirán como guión para exportar el plan a todos los locales con atención al público que quieran adherirse. Quienes cumplan con los requisitos marcados establecidos en el mismo, entre los que estarán «la medición de los niveles de CO2 y su mantenimiento dentro de unos valores muy estrictos, por debajo de los establecidos en la propia normativa», detallo Diez, recibirán «un sello de calidad como Local con Calidad de Aire Controlada» para «ofrecer confianza a la ciudadanía y a sus trabajadores».

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