Diario de León

León regresa al futuro del Espolón a Ramón y Cajal

La ciudad estrena el paseo y zona verde que recupera el legado del pasado de esplendor

Mónica Prada Diez y Copete, en la Era del Moro. FERNANDO OTERO

Mónica Prada Diez y Copete, en la Era del Moro. FERNANDO OTERO

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El Ayuntamiento de León inuaguró el paseo derivado de la recuperación de la Era del Moro, un espacio que retorna a la ciudad como primer paso en la transformación de esta zona cercana a la muralla y que aún ha de concluir las obras de peatonalización en la Avenida Los Cubos y la calle Carreras.

Los viandantes podrán llegar caminando desde la plaza del Espolón hasta la avenida Ramón y Cajal en un trayecto en el que, además, se puede contemplar la muralla de la ciudad en todo su esplendor.

El alcalde de León, José Antonio Diez, visitó este área acompañado por el concejal de Desarrollo Urbano, Luis Miguel García Copete, y por la arquitecta municipal Mónica Prada. El regidor agradeció el trabajo de los técnicos del Ayuntamiento de León por el empeño puesto en esta intervención realizada por el área de Desarrollo Urbano y sus técnicos y arquitectas.

La actuación en la Era del Moro está enmarcada en el Plan Edusi León Norte, financiada al 50% por fondos europeos, así como también cuenta con financiación del 1,5% Cultural del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana y con recursos municipales.

Además de ganar un nuevo vial para los viandantes, la Era del Moro supone un paso más en la puesta en valor del patrimonio de la ciudad pues las obras han permitido rescatar un tramo de la muralla tardorromana (siglo III y IV) que ha estado oculta durante décadas.

Con una inversión de 700.000 euros se ha intervenido en 2.168 metros cuadrados que se han dotado de zonas ajardinadas así como mobiliario urbano e infraestructura básica (luz, agua, saneamiento) renovada, contando la zona con un cierre perimetral que propiciará el cierre de la misma durante la noche como ya se hace con los parques de la ciudad. El primer edil recordó que las catas arqueológicas previas a las obras han permitido conocer mejor la fortificación y con ello la propia historia de la ciudad.

«Ejemplo de lo que nos estábamos perdiendo hasta ahora son, por ejemplo, las lápidas romanas procedentes de cementerios altoimperiales que ahora podremos contemplar», relató.

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