El abandono político deja a León fuera del plan de futuro europeo

El reto creó tanta ansiedad que, ahora, se advierte un vacío inmenso entre los objetivos marcados. Después de cuatro años de preparación y ensayo para este momento clave de expansión del Corredor Atlántico hacia el noroeste, León no cuenta con ningún proyecto definido para optar a ese saco de ayudas millonarias que acompaña el plan del Conectar Europa, 2021-2027. Siete años por delante, que se llegaron a presentar con la vocación de un plan quinquenal capaz de acabar con los desajustes y retrasos del noroeste español.

Llegó el primer estadio del proceso, con la alacena de León vacía. No será porque Europa no insistió en los años previos cómo se iba a dar cauce a esta nueva apertura de ayudas específicas para mejorar la competitividad en la afluencia de mercancías, a través de los corredores que el gobierno continental distingue como prioritarios para el objetivo de desarrollar el territorio a través de los conceptos sobre los que confluyen las sinergias de las logística y la intermodalidad. Las diferentes instituciones europeas implicadas en respaldar esta estrategia, cumplieron con todos los procesos administrativos; desde los organismos legislativos, que apoyaron sin fisuras el plan de extender el Corredor Atlántico desde el pasillo que bendijo hace más de una década (entre Lisboa y Hendaya, por el carril preceptivo de Valladolid y Burgos) hacia los puertos de la fachada noroeste; León, como nexo intermodal, de regreso a ese papel decisivo que le concede la posición geográfica, cruce de caminos; de los caminos de hierro que llevan a los puertos, en la y griega que parte el destino hacia Galicia y hacia Asturias.

Este rol forma parte de la teoría, que asumieron los políticos, las instituciones, luego de una reclamación que partió de los agentes económicos que se han echado a sus espaldas la iniciativa empresarial en el noroeste español. Parece reciente el motivo que fundó aquel lobby empresarial de León, Asturias y Galicia, que fecundó una reivindicación inusitada en este territorio del noroeste. Aquel colectivo se constituyó en plataforma y elevó la voz, para que este flanco del territorio, acosado por el agravio de la inversión y el olvido respecto a otras zonas de España, recibiera la atención necesaria.

El primero de sus objetivos, fue elegir y seleccionar un elenco de proyectos capaces por competitividad y proyección de recibir la atención de las instituciones europeas, paso previo a que la financiación de los fondos de Europa permitiera el su ejecución.

Europa acordó dotar al Conectar Europa para el próximo periodo de siete años de actuaciones con más de treinta mil millones de euros, a los que se concurre por méritos; con prioridad de apoyo a los proyectos relacionados con las estructuras intermodales y la fluidez de movimiento de mercancías, las nuevas tecnologías de la comunicación y el sistema energético sostenible.

El noroeste español, de León a los puertos gallegos y a los de la cornisa Cantábrica, al Musel y Avilés, no puede disimular la situación raquítica de sus estructuras para el soporte del movimiento de mercancías, alejado de los avances y la dotación viaria que disfrutan otros territorios españoles; el Mediterráneo, es la referencia más recurrente como contrapunto y espejo del nivel al que aspira a convertirse la periferia noroccidental de la península.

El reloj ya ha superado el límite de la cuenta atrás; la hoja de propuestas de León está vacía de contenido. En los tres últimos años, todas las perspectivas de desarrollo social y económico de León se han depositado en un programa de conectividad que distingue a las grandes autopistas ferroviarias, los nudos logísticos, el acceso a puertos. No hay un sólo proyecto en marcha.