Más del 90% de los campamentos ya están anulados y liquidan 3.000 empleos jóvenes

Miles de adolescentes se quedarán este año sin campamentos de verano. Es otra consecuencia más de la pandemia del covid 19 y el efecto (en algunos casos demoledor) de la crisis que trae de la mano por las restricciones que impone el temor al contagio.

De los más de doscientos campamentos de verano que se organizaban en León, algo más del 90% han quedado suspendidos, según los cálculos que maneja la Asociación de Entidades de Servicios de Ocio Educativo y Tiempo Libre (Esotil). Casi todos los organizados por las administraciones públicas —básicamente Junta, Diputación Provincial y ayuntamientos— han sido suspendidos y los poco que se aguantan en el calendario corresponden a iniciativas privadas que intentan resistir el embate y mantener su oferta de ocio alternativo. Y aún así lo hacen con la incertidumbre de no tener claro si su convocatoria se va a cubrir con un un número de plazas suficientes. La cancelación brutal que han tenido este tipo de actividades en la provincia tiene además otro impacto añadido en el empleo. Raúl Temprano, secretario de Esotil y responsable de Guheko, empresa leonesa referente en este sector, advierte que cada verano generaban más de 3.000 puestos de trabajo. «Y con un valor añadido muy importante, se trata de empleo joven y en el medio rural».

«Es una cadena. Si yo no llevo niños el albergue no abre, ni contratan cocineros o personal de limpieza, las piscinas ingresan menos y en definitiva todos perdemos», apuntan en este sentido, Álvaro Barrioluengo y Adrián Álvarez, promotores del Campus de Baloncesto Basket Experience en Villablino, uno de los pocos que se mantiene para este verano entre julio y agosto. Pero lo hace con muchas más restricciones porque si antes en sus cuatro turnos tenía normalmente a 440 niños inscritos, en esta ocasión su tope son 320.

Y no solo es su impacto en el empleo, muchos de estos campamentos veraniegos resuelven problemas de conciliación familiar y laboral al permitir a los padres tener una alternativa muy válida y con todas las garantías para sus hijos.

Más implicación

Convencidos de la trascendencia de su actividad, los portavoces de este sector afirman no entender cómo la Junta no les ha dado aún un protocolo claro y preciso para funcionar este verano. El Instituto de la Juventud de Castilla y León ha publicado una guía de aplicación para la fase 3 pero no hay ninguna normativa para la etapa de nueva normalidad que se anuncia y ahí es donde reclaman más agilidad e implicación por parte de la administración autonómica.

«La realidad es que a estas alturas no sabemos aún las exigencias que vamos a tener. cual va a ser nuestro protocolo par la nueva normalidad porque la Junta no ha sacado ninguno», señaló Raúl Temprano. «Nosotros podemos tenerlo todo preparado pero desconocemos si va a haber limitación de plazas o aforos».

Temprano dijo comprender también los recelos de algunos padres y su temor a contagios pero subrayó que los campamentos de verano son espacios controlados donde se han maximizado todas las medidas higienicosanitarias para minimizar el riesgo de contagio. «Ahora se puede ir a un centro comercial y a un restaurante por tanto a un campamento se puede hacer igual y además aportan incluso más seguridad porque casi todas las actividades son al aire libre».