Diario de León

Sanidad

Los médicos de Familia ganarían un 25% de tiempo para los pacientes sin el papeleo

Semergen pide desburocratizar su labor para que los facultativos se puedan centran en diagnosticar

Pacientes pendientes del triaje para entrar al centro de salud Antonio Gutiérrez. JESÚS F. SALVADORES

Pacientes pendientes del triaje para entrar al centro de salud Antonio Gutiérrez. JESÚS F. SALVADORES

León

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Los médicos de cabecera dedican un gran porcentaje de su tiempo en los centros de salud a tareas administrativas, que suponen «un 25%» de la labor que realizan en un día normal, según los datos de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen). Un tiempo precioso, sobre todo, en el marco de la sobrecarga laboral actual, que podrían dedicar a la asistencia clínica.

Por eso vuelven a poner sobre la mesa la «necesaria desburocratización» de su labor, por ejemplo relacionada con las bajas, los certificados y determinados informes. El presidente de Semergen en Castilla y León, Francisco García, cree que esa medida «descongestionaría las consultas» de forma sustancial. Calcula que si las agendas de los facultativos se ajustaran a los cánones ideales de atención a 40-45 pacientes al día, el tiempo dedicado al papeleo podría traducirse en poder asistir a otros 25 enfermos.

García remarca que los facultativos de Familia están «incómodos, porque con la atención telefónica la población cree que está desatendida y que si no le cogen el teléfono es porque el médico no quiere ponerse». Asegura que «no es así» y que no están «escondidos». Es más, echan «de menos mayor contacto con los pacientes, porque nuestra especialidad es la cercanía y por las circunstancias actuales tenemos limitado hacer nuestro trabajo con nuestra principal arma».

«No nos escondemos»
«Estamos incómodos, porque con la atención telefónica la población cree que no les atendemos y no es así»

También reconoce que en la burocracia han empezado a disponer «de gran ayuda por parte de Enfermería», aunque sería «interesante» reforzar con auxiliares administrativos los centros de salud para evitar toda la actividad no clínica posible al médico de Atención Primaria para que se centre en la labor diagnóstica.

Recuerda que además de las tareas burocráticas que siempre tienen, ahora se añaden muchas otras coyunturales por el Covid-19 como las citaciones para pruebas de detección y seguimiento de los posibles infectados, los justificantes para que los padres puedan cuidar a sus hijos contagiados o la responsabilidad de comunicar los resultados de PCR masivas a la población, que es algo que se sale del ámbito totalmente asistencial y que en León se ha logrado gestionar en gran parte con efectivos militares.

«Es distinto cuando se trata de casos positivos o contactos estrechos, que necesitamos hablar con ellos para aislarlos, visitarlos o darles una baja laboral», explica el gerente de Atención Primaria, José Pedro Fernández Vázquez, quien recuerda que la pandemia llegó cuando la Consejería de Sanidad se había puesto manos a la obra para reformar este escalón asistencial. Admite que el papeleo no deja realizar mayor clínica a los médicos y que sin las labores burocráticas «se mejoraría en la atención de 8 a diez minutos por paciente». Fernández-Vázquez es partidario de que la barrera que genera el covid con la atención telefónica por seguridad del paciente se puede paliar con la cita previa, «que ha llegado para quedarse».

Semergen propone que los pacientes no acudan varias veces a por los partes para la baja, sino que se gestione en un solo trámite y que «cualquier otro tipo de actividad que no esté relacionada con la clínica o la prevención pueda ser realizada por personal experto y competente sin necesidad de que sean médicos». «Hay que fomentar criterios de gestión y coordinación y eliminar tareas que no aportan nada a la clínica», añade García.

No es el único problema de la Atención Primaria. Los profesionales también comparten la «escasez crónica» de recursos humanos, la necesidad de aumentar el presupuesto hasta un 20-25%, la falta de cobertura de bajas o vacaciones, o la oportunidad que supone el Covid-19 para videollamadas y «verse las caras».

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