Medio Ambiente denuncia el robo de la primera trampa para procesionaria
A pesar de estar situada a tres metros de altura, en un árbol en el barrio de La Sal, la primera de las diez trampas que colocó el Ayuntamiento de San Andrés del Rabanedo para controlar la proliferación de procesionaria ‘ha volado’. El concejal de Medio Ambiente, Manuel García, mostró ayer su preocupación y denunció el robo del artefacto, que califica de «vandalismo».
Según explicó, «no es solo por el dinero que cuesta y por tener que reemplazarlo, sino porque es una trampa para evitar la plaga de estas orugas de pelos urticantes, algo que beneficia a toda la población».
El edil cree que quien sustrajo el aparato tuvo, además, que utilizar una escalera por la altura a la que estaba situada, «que no se alcanza con la mano». Las inhabituales condiciones climáticas para esta época del año obligaron a adelantar el tratamiento contra la procesionaria del pino. El Ayuntamiento de San Andrés del Rabanedo recogió el guante lanzado hace unas semanas por el Procurador del Común, que solicitó a los municipios de más de 5.000 habitantes que implementaran las medidas de prevención y control de este insecto para una adecuada planificación de las labores de control y eliminación.
La concejalía de Medio Ambiente comenzó a colocar las trampas para la procesionaria, que se iban a distribuir en una decena de zonas verdes, pero a las horas de instalar el artefacto sufrió el primer ataque vandálico. El Ayuntamiento hace un llamamiento a los vecinos para que si tienen conocimiento de este tipo de actos lo comuniquen a la Policía Local.
También recuerdan que el tratamiento contra la procesionaria del pino se efectúa con un bactericida biológico y un insecticida específico que se aplican mediante un atomizador de cañón. Son productos aparentemente inocuos para las personas pero que pueden originar irritaciones, en caso de sensibilidad a sus componentes, debiendo evitar la inhalación accidental o el contacto cutáneo. El Ayuntamiento efectuará, no obstante, un seguimiento de la incidencia en zonas verdes o fincas particulares.