Diario de León

Infraestructuras

Tres mil coches menos en Ordoño

La arteria más emblemática de la ciudad cerró el paso al tráfico rodado y se presenta como un espacio preferente para las bicicletas. La incidencia de la circulación de las calles de los aledaños resultó mínima tras el corte

León

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Ordoño II es ya una ocasión inigualable para la movilidad en bicicleta es la ciudad; no hay otro tramo tan amplio y desahogado para este tipo de vehículos. Por eso, el ímpetu con el que los usuarios recibieron el nuevo ordenamiento que ha convertido el vial en un paraíso para los ciclistas. Hubo otros protagonistas en este cambio de era, que convierte a la arteria más céntrica de León en un coto para el tráfico rodado justo un año después de que enterrara los adoquines de la calzada bajo una capa de aglomerado. De aquel momento, quedan las heráldicas grabadas sobre el asfalto, que desde ayer sólo pisan los vehículos de servicio público, los autorizados para las carga y descarga, algunos eléctricos que acceden a cargar batería; o los finos tubulares.

 

El corte no tuvo réplicas en el entorno; por Ordoño pasaban a diario tres mil coches. Ese era el aforo de la calle; y esa es la consecuencia del corsé. Tres mil vehículos en tránsito hacia el centro que desde ayer absorben otros viales paralelos, tal y como sucedió durante los ocho meses del pasado año en los que se extendieron las obras de renovación de la calle. El Ayuntamiento de León también tomó en consideración esta referencia, que unió a los estudios y recuentos de tránsito que midió con detalle.  

Protagonismo para de los agentes de policía local, que en número de medio docena y en dos puntos diferentes, se encargaron de informar a lo largo de la jornada de las novedades a los conductores que insistían en llegar desde la plaza de Guzmán a la Santo Domingo.  

Y protagonista, el nuevo repertorio de señales que salpica la avenida para revestir la nueva condición; la bidireccionalidad para los ciclistas explica indicadores tan insólitos como ese de advertencia de bicis en contrasentido; la raya horizontal de stop que obliga a los ciclistas ante las intersecciones de las bocacalles por las que acceden los residentes; la limitación de velocidad a 10 por hora; la pintura en el asfalto que anuncia que toda la calzada es campo de bicicletas.  

Los picos horarios de mayor densidad de tráfico en Ordoño se localizaban a las diez de la mañana y a las siete de la tarde, con setecientos vehículos; en ese tramo vespertino, sólo el murmullo de algún autobús urbano rasgó la tranquilidad del paseo en medio de un entorno de sigilo, detonante de la nueva medida, sus condiciones y objetivo, que relata el bando de Alcaldía reproducido a tamaño tapiz en un tramo acristalado de la fachada del Ayuntamiento.  

A pie de acera, el nuevo orden hizo inevitable el término de la almendra central, tan recurrente en el debate que acelera el cumplimiento del punto que llevaba el PSOE en su programa electoral. Tres mil coches han dejado de circular cada día por la arteria más emblemática de la ciudad.

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