Diario de León

LEÓN ■ LA SEGURIDAD VIAL

La multa o la vida en la León-Benavente

Fomento limita a 100 km la León-Benavente y no ejecuta los 12 M€ para mejorar el firme. El deterioro de la A-66 empuja a circular casi de continuo por el carril izquierdo, una práctica que sanciona la DGT. Nuevos límites de velocidad en la autovía para la que hace nueve meses se licitó una reforma integral por 11,9 millones.

Señalizacion de la limitación nueva de velocidad y de la situación de la carretera.

Señalizacion de la limitación nueva de velocidad y de la situación de la carretera.

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L. URDIALES | LEÓN
León

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Los usuarios de la A-66 en el tramo entre León y el límite sur de provincia se ven obligados a evaluar riesgos: circular por el carril izquierdo en sentido norte o exponerse a la posibilidad de la multa por transitar por el carril derecho, en un estado deficitario. Esta es la última circunstancia sobrevenida a la situación de declive que sufre la autovía León-Benavente, especialmente para el tráfico que avanza en sentido decreciente, afectado por un firme en ruinas, badenes y tramos hundidos, que suponen un lastre para la seguridad vial y la integridad física de los propios conductores. En esos términos alertó sobre esta vía una asociación nacional de conductores. El reglamento general de circulación indica que, en vías con más de un carril en el mismo sentido, se ha de circular por el más situado a la derecha, aunque con excepciones para usar el resto, siempre que no se entorpezca la marcha de otros vehículos. Para frenar esa querencia a la circulación por los carriles izquierdos de las autopistas, la DGT comenzó por lanzar, primero, una campaña informativa en el que trataba de concienciar a los conductores sobre el síndrome del carril izquierdo; después, pasó a cuestiones de más calado, con la aplicación de sanciones a los conductores que no elijan circular por el carril de la derecha cuando esté despejado y multas que pueden ascender hasta los 200 euros; la práctica aconsejada es la de conducir por el carril derecho y sólo salir al izquierdo para adelantar. La indicación de la Dirección General de Tráfico tiene una complicada aplicación en ese trecho leonés de la A-66, incluso bajo el foco vigilante de los medios aéreos. El deterioro del carril derecho, el del sentido decreciente, en especial, impide avanzar bajo los criterios mínimos de seguridad, tal y como comprueban más de diez mil usuarios cada día, que por inercia e instinto de supervivencia saltan al carril izquierdo, a costa de arriesgarse a una sanción.

La principal vía de comunicación al sur de León es una sucesión continua de baches y grietas; de firme repisado. La fractura se atenúa ahora con señales de límite de velocidad; intervalos en los que se prohíbe circular a más de cien kilómetros por hora, con una muesca añadida en la señalización vertical que recuerda el estado sinuoso del piso. Los límites recientes coinciden en algunos tramos con radares fijos, que tienen en cuenta el nuevo ordenamiento.

Los indicativos que regulan la velocidad son el último añadido a una autovía que hace nueve meses llegó al Boletín Oficial de Estado, para buscar una reforma integral que se antoja como la única fórmula capaz de revertir la situación de quiebra. Fue en julio de 2017 cuando Fomento publicó la licitación de la intervención; reservó para el contrato 11,9 millones de euros. Se planteaba así la obra de rehabilitación del firme de la calzada izquierda de la A-66 (sentido León) entre los puntos kilómetros 196 (límite de provincia con Zamora) y 143 (en las proximidades de León capital y antes del inicio de la autopista de peaje AP-66). La obra se planteó en base a los resultados de la auscultación del firme; y se optó por una solución de fresado, la reposición de capas del firme agotado en el carril derecho en aquellos puntos en los que se apreció un comportamiento estructural con deterioro importante. Fomento plantó una obra que implicaba sanear la explana en aquellos puntos donde se observó la presencia de graves defectos en el firme o blandones en la explanada. En esos puntos se preveía intervenir con la demolición total del firma actual (mezcla bituminosa y suelo-cemento)la excavación hasta 80 centímetros y rellenar con zahorra artificial hasta la cota explanada. En esencia, una nueva autovía. De aquel proceso de licitación no se tuvieron más señales de vida; tampoco de la s previsiones para corregir el declive del medio centenar de kilómetros de la autovía más esperada en León que agoniza quince años después de su estreno. Los presupuestos del Estado que pretende sacar adelante el Gobierno reservan 2,4 millones para la vía.

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