La música se abre paso entre el ruido

Casi 2.000 personas, en un concierto en mitad de la plaza de Botines y con las notas del himno de la Champions League como ironía escenificaron ayer el rechazo al traslado del conservatorio de música al estadio de fútbol Reino de León. «No nos vamos al estadio», corearon padres, alumnos y profesores, arropados por vecinos leoneses, para recordar a la Junta, al Ayuntamiento y a la Diputación de León que se mantienen firmes en su enroque de no abandonar las instalaciones de Santa Nonia, salvo que sea para ocupar un inmueble de nueva construcción. «No tenemos ahora mismo en la mano ninguna certeza. Ahora mismo, el destino del nuevo centro es una incógnita. Por eso os necesitamos, para exigir juntos una respuesta», explicó el la lectura del manifiesto Javier Llamazares, el joven aprendiz de músico encargado de poner voz a la comunidad educativa.

Los manifestantes reclamaron «un compromiso inmediato de la Consejería de Educación de la Junta» para dar una solución al problema, que se arrastra desde que en 2007 se firmara el traspaso de competencias y se pusiera como fecha 2011 para el estreno de un nuevo centro en una parcela cedida en La Palomera, frente al centro de salud. Cinco años después, ya ni siquiera está vigente el acuerdo por el que la Diputación accedió a alquilar las dependencias con una factura anual de 300.000 euros. «Nosotros estamos abiertos tanto a la idea de permanecer en el viejo edificio con las obras de adecuación pertinentes, como a la construcción uno nuevo en un entorno que permita el crecimiento del conservatorio», recalcó el joven estudiante.

La marcha, que partió del conservatorio de Santa Nonia para desembocar en Botines, estuvo amenizada con cánticos y referencias a los dos protagonistas del acuerdo del traslado al campo de fútbol. «Alcalde, Silván, los votos se te van» y «Silván, dignidad, defiende tu ciudad» le dedicaron al regidor, mientras que al titular de Educación le aludieron al grito de «Fernando, consejero, León es lo primero». «Son violines, no balones», se oyó como argumento en contra de la idea de adecuar con 4,3 millones de euros las tres plantas del Ifycel: las instalaciones anexas al estadio de fútbol.

La muestra de contestación social la interpretó la directora del centro, María Jesús Astorga, como la muestra de que «hay mucha gente que como ciudadano se ha visto sorprendida por que se desplace un centro de enseñanza a un campo de fútbol, un espacio inadecuado». «Habría que sacar alguna conclusión de todo esto. Creo que después de esto tendría que pensar y reflexionar un poco», apuntó, en referencia a Rey. «Tenemos una postura de mano tendida y no nos hemos cerrado en nada», lanzó, tras insistir en que su «preferencia sería un edificio de nueva planta», pero aceptarían «la remodelación» de Santa Nonia, «un edificio con muchos metros y posibilidades». «Mientras no tengamos esta respuesta, la movilización continúa y esperamos seguir contando con vuestro apoyo. Porque no es nuestro conservatorio. Sobre todo es vuestro y de las generaciones futuras», remató Javier Llamazares.