Diario de León

Domingos de paseo

La normalidad regresa a un rastro a medio gas

Tras mes y medio de negociaciones, los puestos dominicales vuelven a Papalaguinda al 50%, con una jornada con pocas ventas y con las mascarillas incluidas entre los muestrarios de los vendedores

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León

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Nueva normalidad también en el rastro. Tras mes y medio de negociaciones con el Ayuntamiento, más los meses de confinamiento, los comerciantes ambulantes ocuparon ayer sus puestos con ganas de sacar a la venta sus productos, entre ellos, las mascarillas, que se han convertido en un elemento más que se puede adquirir en el mercadillo dominical de Papalaguinda.

Un equipo de Protección Civil es el primer puesto antes de enfrentarse a los vendedores, aunque todos contaban con su bote y con los carteles que advertían de la necesidad de guardar las distancias. Allí, un dispensador de gel y las advertencias sobre cómo debe comportarse la gente: tocar poco y mantener las distancias de seguridad. «No me puedo quejar, estamos vendiendo, pero porque hemos bajado los precios», comentó el diseñador, estilista y vendedor Rafael Rosillo, aunque una compañera unos metros más allá, Pilar Jiménez, apuntó que la mañana estaba siendo «flojita, estamos en agosto y eso se nota, es el mes más bajo en León», dijo mientras alguien le preguntaba el precio de unos pendientes y unos collares.

Después del Covid
«Había ganas de rastro. Este año la ropa ha mermado en el armario y no hay para tiendas»

«Había ganas de rastro. Me he comprado un vestido y una blusa, porque este año parece que la ropa ha mermado en el armario y el dinero no llega para ir a las tiendas», explicó Ana Fernández poco antes de regresar a su casa. Los vendedores señalaron que mucha gente, aunque sí tenía ganas de recuperar la rutina dominical del rastro, lo había aprovechado para pasear más que para comprar, como señaló Marisol Rosillo, desde su puesto de calzado y abanicos. «Ahora ya no me toca hasta la próxima semana, haré un mercado cada quince días y nosotros vivimos de esto», añadió en relación a que finalmente, tras las negociaciones con el Ayuntamiento, ayer regresaron al rastro la mitad de los ambulantes, mientras que el 50% lo hará el próximo domingo.

Los leoneses tenían «ganas de rastro» y Protección Civil tuvo que cortar el acceso durante cinco minutos en varias ocasiones. FERNANDO OTERO

Frente a frente, ayer se colocaron en el rastro poco más de 350 puestos, como explicó el portavoz de los ambulantes, Ricardo Torres. «Esto lo podíamos haber hecho el primer día y hemos perdido mes y medio», criticó en relación a las negociaciones con el Ayuntamiento. Ahora, reclaman que se abra el acceso desde las escaleras que dan a Lancia y que van directamente hacia el puente que llega a la Estación de Autobuses, «con control y limitaciones, pero sería lo ideal». «Nos hemos organizado bien y se mantienen las distancias entre los puestos», indicó sobre el acuerdo alcanzado entre los propios vendedores para organizar los turnos y las medidas de seguridad.

Cada quince días
«Nosotros vivimos de esto, no tenemos nómina y si un día no venimos, no sacamos»

Aunque la afluencia de gente no fue mucha, desde Protección Civil tuvieron que restringir el acceso a Papalaguinda en un par de ocasiones para evitar que hubiera masificaciones.

Ricardo Arias y Maripaz Alba tras una hora de paseo entre los puestos, habían comprado unos trapos de cocina. Son «habituales» de los domingos pero consideraron que la gente «toca mucho y no se debería». Frente a ellos, Virginia González, con la pequeña Inés, reconoció que el ratro, «es parte de la gracia de la ciudad y forma parte de las mañanas de los domingos venir al rastro».

«Nosotros vivimos de esto, no tenemos una nómina y si un día no venimos, no sacamos. Aunque sea cada quince días y vendamos poco, esto es mejor que nada», recordaron desde su puesto Luis Díaz y Charo Jiménez.

Primer paso antes de entrar, el gel. FERNANDO OTERO

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