La nueva estación pasante emerge entre espejos y cristales

Esa versión acristalada del nuevo León que crece sobre las ruinas del viejo espacio ferroviario de la ciudad, empieza a tomar forma en torno a una nueva construcción: la ampliación de la estación del AVE, la estación pasante del AVE, que así es según dicta la planificación de Adif en la capital leonesa. El nuevo asentamiento ya dispone de fachada, y las obras comienzan a dejar sobre el entorno el reflejo del nuevo asentamiento ferroviario. Esta actuación vine a completar la intervención que se inició hace ya más de una década y que ha sido durante los últimos cuatro años puerta del acceso al tren en la capital leonesa. La obra ya permite ver el resultado: se dobla la superficie actual del emplazamiento, y se completa un edifico que va a terminar por albergar el paso lienal del tren por la capital leonesa en las mismas condiciones que lo hizo desde el estreno del ferrocarril, avanzado el siglo XIX. Pero esa fachada de espejo es también testigo de otras actuaciones en el entorno: la nueva estación da fe de notario del proceso de recuperación de la marquesina de la antigua estación, que está a punto de completar el proceso de rehabilitación de la estructura. Un obra de arte por la dedicación minuciosa con la maraña de hierro para que León no perdiera una pieza de época. De la época en la que el tren se dispuso a transformar la ciudad. Y en eso sigue.